El primer gobierno de corte conservador en Andalucía comienza a andar. Algunas de las promesas realizadas en campaña, como el tradicional mantra de las bajadas de impuestos, serán una prioridad en una región gobernada durante 36 años por el PSOE.

La primera medida, considerada de urgencia en el Palacio de San Telmo, ya cuenta con el aval del Parlamento: la bajada del Impuesto de Donaciones y Sucesiones. Se trata de una tasa que únicamente afectaba a uno de cada cien herederos, aquellos con mayor nivel de renta (solo se pagaba a partir de un millón de euros).

A pesar del limitado número de contribuyentes, esta tasa servía para financiar el sueldo de, por ejemplo, 2.000 profesores o enfermeros. Es decir, alrededor de 100 millones de euros menos que perderán las arcas de la Junta y que verán limitadas su capacidad de ofrecer servicios públicos esenciales.

La anterior reforma, pactada entre PSOE y Ciduadanos fijó una serie de modificaciones (primero exenciones hasta los 250.000 euros, posteriormente hasta el millón). Ahora, se establecerán bonificaciones del 99%, lo que supone eliminar por completo esta tasa que ya había recibido críticas desde ciertos sectores.

Al eliminar este impuesto, las clases trabajadoras serán las prinicipales responsables de mantener los servicios esenciales, sobre todo los relacionados con sanidad, educación o dependencia de los que depende la mayoría de los habitantes de la regiñon.

Solo superamos a Rumanía y Bulgaria en desigualdades sociales

Estos descensos de impuestos se unen a las fuertes difertencias sociales que han aumentado durante la crisis. Una época en la que, por ejemplo, el sector del lujo ha alcanzado máximos de cuotas. El último informe de Intermón Oxfam denuncia que esa brecha «se desbocó durante la última crisis» y «no se ha conseguido controlar«.

La movilidad social y las deficiencias en materia educativa de las clases menos pudientes generan que la movilidad social termine convirtiéndose en una quimera: «La pobreza se ha convertido en una trampa de la que se hace complicado salir«, denuncia el informe.

Es una situación que se extiende por toda España. La ciudad de Madrid es uno de esos ejemplos, donde algunas diferencias de renta como las registradas entre los barrios colindantes de Lavapiés y Arganzuela, Entrevías y Méndez Álvaro o San Blas y Arturo Soria remiten a algunas metrópolis de América Latina.

«A mayor desigualdad, la movilidad social entre generaciones es menor y niños y niñas heredan en mayor grado tanto la riqueza como la pobreza de sus madres y padres, lo que hace imposible que disfruten de derechos y oportunidades en igualdad de condiciones«, denuncia el informe de Intermón Oxfam. Una falta de movilidad social que ha llevado a que la UE califique como «crítico« el nivel de desigualdades y únicamente hayamos superado a Rumanía y Bulgaria, mientras empatamos con Grecia.