¿Realmente hay posibilidades de que Venezuela termine sumida en una guerra civil?
El país latinoamericano vive un clima de tensión con tintes de preguerra civil.
Venezuela vive un auténtico clima de preguerra civil. En una sociedad sumamente polarizada, el gobierno de Nicolás Maduro se tambalea ante un nombre: Juan Guaidó. Es la persona que se ha erigido como presidente interino, en el mayor desafío que enfrenta la herencia chavista, que ha gobernado Venezuela durante las últimas dos décadas.
El conflicto entre la Asamblea Nacional y el Gobierno (que dejó sin efectos a esta institución después de que la oposición ganase los comicios) es evidente y esta división se ha trasladado fuera de las fronteras. Las naciones que reconocen a uno y otro presidente mantienen ciertos conflictos externos que se trasladan al país y los apoyos mostrados a cada bando no han sido papel mojado: Estados Unidos, por ejemplo, ya mantiene en su territorio a un embajador bajo el mando del presidente interino y ha desautorizado al elegido por el gobierno oficialista.
En este contexto, ¿qué hay detrás del conflicto venezolano? ¿Cuáles son las posibilidades reales de que los enfrentamientos terminen en una guerra civil?¿Hacia dónde se dirige Venezuela? Vamos a intentar analizar esta situación en los siguientes puntos:
1 El contexto internacional
«Estados Unidos y Rusia viven una especie de guerra fría para ganar influencia internacional»
El amparo internacional que recibe cada uno de los bandos de este conflicto representa, en realidad, la suerte de guerra fría que se vive a nivel internacional entre Moscú y Washington.
No hay que olvidar que Maduro se sostiene gracias al apoyo de lo que podríamos denominar como ‘bloque oriental’, liderado por el Kremlin y China, con el apoyo de potencias medias como Irán.
Rusia, que ha amenazado con una intervención militar, tiene serias necesidades de mantener a Venezuela bajo su órbita. No hay que olvidar que Moscú pierde influencia internacional a pasos agigantados: la denominada como ‘Gran Rusia’ del Este de Europa ha cambiado de eje, la mayoría de regímenes socialistas del norte de África han caído tras las primaveras árabes, el aliado sirio en el Mediterráneo y Oriente Próximo se tambalea y el amigo caribeño (Cuba) ha iniciado un lento camino hacia posiciones distintas a las de Moscú.
Pero, sin duda, también preocupan las declaraciones pronunciadas por el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, con un auténtico órdago que afecta de manera velada a Putin y de manera directa a Maduro: «Le deseo – a Maduro- un retiro largo y tranquilo en una bonita playa lejos de Venezuela. Y cuanto más aproveche esa oportunidad, mñas probable será que pueda tener un retiro agradable y tranquilo en una playa bonita en lugar de estar en otra zona playera como la de Guantánamo«.
«John Bolton ha amenazado con enviar a Nicolás Maduro a Guantánamo»
Una posible intervención estadounidense, con el beneplácito de potencias con peso internacional en la región como Brasil, permitiría recuperar influencia en América Latina. Dejaremos de lado los recursos de petróleo, oro y diamantes que se encuentran bajo el suelo venezolano y que podrían ser demandados por todos los países que hemos mencionado.
Por otro lado, no hay duda de que un conflicto armado sería especialmente duro si cuenta con el apoyo de Rusia y Estados Unidos. Ese ha sido el argumento que ha mantenido la Unión Europea y, sobre todo España, el país de referencia en el eurogrupo para tratar todo asunto relacionado con América Latina.
El plazo de ocho días demandado por Pedro Sánchez para convocar elecciones intentaba presionar a Maduro para encontrar una solución dialogada y evitar «un derramamiento de sangre«, según repiten desde la diplomacia del Viejo Continente. Sin embargo, las presiones que la Casa Blanca ha ejercido sobre la UE han dado sus frutos: el Parlamento Europeo ya ha reconocido a Guaidó y España se prepara para un relevo del embajador del país latinoamericano.
2 Divisiones en el ejército y una sociedad polarizada
«Juan Guaidó está haciendo un fuerte esfuerzo por conseguir el control de las bases del ejército»
Derivado de lo anterior, no podemos olvidar que el ejército venezolano vive cierta tensión entre sus filas. La cúpula, por el momento, se mantiene bajo la órbita del gobierno oficialista y nada apunta a que vaya a cambiar durante los próximos días.
La cuestión se sitúa sobre los mandos medios y las bases. Juan Guaidó está realizando un arduo trabajo para ganar el apoyo de estos efectivos, fundamentales para que la cadena de mando ejercida desde Caracas sea efectiva.
En el caso de que haya una sublevación militar, ¿qué sucedería? Con diferencias ideológicas, España ya ha vivido situaciones de este tipo y, como todos sabemos, no han tenido un resultado especialmente positivo.
Por otro lado, los afines a cada bando están sumamente movilizados y no dudarán en actuar bajo cualquier orden. Algunas retóricas llegan a deshumanizar al contrario y, nuevamente, la historia demuestra que este tipo de casos son muy peligrosos.
Pero aún hay otro problema. En el caso de que Guaidó consiguiese vencer, aún queda comprobar cómo actuarían los grupos paramilitares que han crecido durante los últimos años bajo el ala del gobierno. El peligro de contar con un estado fallido, sin capacidad de imponerse en todo el territorio, podría derivar en un conflicto armado enquistado como el vivido en Colombia durante las últimas seis décadas.
3 ¿Siria?
«Siria vivió toda una oleada de protestas en los meses previos al inicio de la guerra civil»
Dejando de lado las diferecias culturales o religiosas, el conflicto venezolano remite en cierta medida a todo lo vivido durante la época anterior a la guerra de Siria. Poco antes del estallido del conflicto, en el año 2010, la oposición democrática pedía elecciones libres mientras que el Ejecutivo de Bashar al Assad se mantenía en el poder.
A diferencia de lo vivido en Egipto o Túnez, al Assad es un importante aliado de Rusia en Oriente Próximo por sus recursos petrolíferos, su contrapeso al gobierno israelí y, sobre todo, por su salida al Mediterráneo.
Gracias al apoyo explícito de Moscú, el Ejecutivo de Damasco ha sido el único que ha sobrevivido a las Primaveras Árabes. Por cierto, es evidente que en Venezuela no existe un foco de radicalismo islámico, pero sí un fuerte poder del narcotráfico, con auténticas mafias capaces de imponerse con puño de hierro.
Volviendo nuevamente a Colombia y estableciendo una triple comparación con Siria, la posibilidad de generar un avispero con múltiples bandos enfrentados entre sí podría ser el peor de los escenarios y dejar una sociedad que deberá sobrepasar varias generaciones para cerrar heridas.
4 ¿Hacia donde camina Venezuela?
«Maduro puede mantener el control de varias regiones gracias al poder de los grupos paramilitares que han crecido bajo su mandato»
Sin duda, en un momento de máxima incertidumbre, la respuesta a esta pregunta se antoja especialmente complicada. Hay varias posibilidades: que se celebren nuevamente elecciones con una macrocita electoral que incluya la Asamblea Nacional y el Ejecutivo, que Juan Guaidó releve a Nicolás Maduro tras perder el apoyo de las bases del Ejército o que se desate una auténtica guerra civil con injerencia rusa y estadounidense, con la sombra del narcotráfico de fondo; y con una sociedad y Ejército rotos.
No hay duda de que Venezuela es actualmente el país más inestable de la región, en un momento en el que América Latina se encuentra en pleno desarrollo económico y democrático, con el espejo de los Acuerdos de Paz en la vecina Colombia como referente y paradigma.
Todas las opciones se encuentran sobre la mesa, pero no hay duda de que el país latinoamericano vive una de las peores crisis de su historia, que podría derivar en la peor de las guerras: aquella que se produce entre hermanos.