17 marzo, 2021
617 Lecturas
Ante la exigencia de la sociedad venezolana se presentan varias ofertas de unidad tanto en la oposición como en el oficialismo. Una mezcla de buenas intenciones , componendas, accionar de tendencias, sumisión, subordinación, legalidad , ilegalidad , movimiento de capitales , engaños , manipulación y expectativas comprimidas todo mezclado en un ambiente de indefiniciones y control férreo y estratégicamente diseñado por el régimen y sus cooperantes para mantener la división de los actores políticos. Obviamente el direccionamiento es bien pensado por quienes no les incómoda la muerte lenta de la democracia y la asfixia cruel que se ejerce sobre la familia venezolana. La solución sigue encausada hacia la trascendencia y responsabilidad de los partidos políticos. La sociedad civil organizada no logra rebasar la estructura política formal que se le ha hecho imposible vencer la indolencia y decadencia de la revolución socialista que ya cumple 22 años. La complejidad del tema mantiene escéptico a la mayoría del pueblo venezolano.
Los partidos políticos son instituciones para organización de la sociedad, que bajo una ideología, principios y doctrinas desarrolla un proyecto para la conquista y ejerció del poder en pro del desarrollo y bien común. En este país donde absolutamente todo se tergiversa los partidos políticos en su gran mayoría los nacientes y los existentes se han convertido en asociaciones para delinquir. Basta observar los rostros de muchos dirigentes que se agrupan , sus conductas y acciones para certificar lo que aquí expresamos. La descomposición social se ve reflejada en este renglón de gran importancia para la ciudadanía habida de referentes moralizantes y éticamente reconocidos. Quienes controlan el país saben, porque lo construyeron y diseñaron así, que el sistema reinante causó resignación y conformismo en la gente e hicieron de la política lo más repugnante lo que se traduce en que una minoría oficialista mantenga subyugada a una nación entera. Estamos como lo hemos afirmado en un mar nauseabundo que obligatoriamente debemos cruzar. Debemos plegarnos a las excepciones de las reglas que se observan en el país. Venezuela la convirtieron en país donde los antivalores alimentan el alma y el hambre degrada al ser humano siendo el país más empobrecido y corrupto del mundo.
Daniel García Presidente del PMI.