Cada generación y cada época tiene su rasgo distintivo; desde los estragos de la guerra que crearon personas sumamente austeras y acostumbradas a estilos de vida modestos, pasando por la liberación y revolución sexual que produjeron a personas mucho más abiertas a todas las maneras de pensar, nombrando también a los que vieron nacer la era digital para al fin llegar a la actual, cuyo rasgo distintivo es sin duda alguna la conectividad y la presencia de la inmediatez de las ideas.
Para la presente generación ha sido una idea completamente natural la de comunicarse constantemente con personas que podrían estar incluso al otro lado del mundo de manera completamente inmediata.
Sin embargo, lo que a principios de los 2000 empezó como un proyecto meramente social y de corte ocioso y social ha avanzado de tal manera que se ha convertido en un pilar fundamental de nuestras interacciones sociales cotidianas al punto que incluso personas nacidas en generaciones anteriores se han vuelto partícipes de las mismas, creando un entorno en el que se ha vuelto bastante extraño (altísimamente improbable, pero no del todo imposible) encontrar a una persona que no sea partícipe de las mismas al menos en una medida mínima.
Esta predisposición del público a participar en la vida virtual ha sido justamente lo que ha transformado incluso las posibilidades profesionales de las personas que están dispuestas a entrar en este competitivo mercado donde la principal moneda es la atención de los seguidores, que aunque difícil de conseguir en un principio, una vez logrado el posicionamiento web correcto el usuario podría empezar a acceder a posibilidades profesionales que nunca antes había sospechado.
Una de las posibles ganancias de esta competencia es la atención por parte de las grandes marcas. Algo de lo que muchas personas están poco conscientes es que esas personas con un astronómico número de seguidores en sus redes sociales suelen convertirse en un punto focal de la atención de las marcas que buscan siempre posicionar sus marcas de distintas maneras, y una de las maneras que se ha vuelto más efectiva para lograrlo es el de hacer que sean otras personas que son percibidas por el público como uno más de ellos sean quienes den testimonios en primera mano de los productos que buscan lanzar.
Muchas son las veces que youtubers o modelos de instagram son contactados por empresas o marcas que mediante un contrato hacen tratos beneficiosos para ambas partes, convirtiendo entonces una simple red social en una potencial fuente de ingresos y, por qué no, en toda una carrera profesional.