Pedir asesoría financiera no suele ser algo que a primera vista se le vea la utilidad, sobre todo si no se le toma importancia a la educación financiera. A fin de cuentas, el dinero se va con facilidad y las deudas aumentas, pero entre la costumbre, alarmarse resulta algo más complicado. Sin embargo, para llegar a conocer una verdadera estabilidad y el éxito en términos de dinero, solo hay una respuesta a esta pregunta: ¿siempre hace falta un asesor financiero?: sí, y mil veces sí.
La mayor causa en términos de problemas con el dinero es falta de una guía adecuada. Es de entender que no siempre se tenga el tiempo para mantenerse al día con todo lo que implica la administración económica del hogar. Para mantener estas cuestiones en orden, se puede optar por los servicios de un asesor financiero. Debe ser de confianza y de experiencia comprobable. A fin de cuentas, una decisión tomada por un mal consejo de su parte, puede llevar a una crisis.
En caso de tener deudas pendientes, contar con un buen asesor ayuda a mantener una buena relación con los prestamistas. Esto se debe a que se pueden generar planes de pago que se ajusten a la situación económica actual. De esta forma se puede mantener una responsabilidad económica. A pesar de que es un tema delicado, tener una sana relación con las personas con las que se hace negocios, implica una buena referencia para un futuro, no solo con ésta, sino con cualquier otra para un futuro. También es síntoma de estar tomando las decisiones adecuadas.
También es imperante que antes de optar por aluno de los minicréditos al instante, hacer una evaluación respecto a cuánto dinero se requiere. No es una buena decisión financiera pedir más dinero del necesario. Sino, se adquiere una deuda mayor de lo panificado, y con un dinero que se puede quedar estancado o disponible para malgastar.
Al momento de pedir alguno de estos préstamos también hace falta el asesor, a fin de medir los riesgos para las finanzas personales. Se debe hacer un examen de la capacidad de pago y si no hay otra alternativa para poder cubrir los gastos. No hay que tomar una deuda a la ligera. Incluso vale la pena que esta persona de confianza evalúe los términos del contrato, con el objetivo de no caer en estafas, o de situaciones sorpresas que generen desventajas.