Salvando las distancias, donde digo Reina, es Rey y donde digo un día, serán horas o semanas, Pedro Sánchez, inútil como líder de la oposición -gracias a él no hay ni gobierno-, dado que el Rey ha declinado temporalmente su casting de candidatos, se ha erigido en monarca temporal, iniciando una ronda de consultas, incluyendo al hasta ahora de conversación prescindible, Rajoy, que se ha tornado en interlocutor primogétito y necesario.
Por si alguno pensara que Sánchez busca su investidura, una vez la de Rajoy se ha quedado en nada, ha dicho textualmente de su ronda de conversaciones a lo rol regio monarca que «no estoy postulándome para liderar una alternativa, que quede claro».
Sigue el acertijo sobre que pretende la estrella de Ferraz: no al PP, no al batiburrillo de izquierdas, no al ser candidato y no a las terceras elecciones. La pregunta es: Si, ¿a qué? Si, a seguir mareando la perdiz, si, a ser el perro del hortelano: si yo no puedo, tu tampoco. Si, a conservar la Secretaria General del PSOE al precio que haga falta. Si, a la tómbola electoral por si sale su número.
No entiendo nada. No me atrevo a pensar que el único objetivo de Sánchez sea sobrevivir en el ‘candelabro’ mediático a cualquier precio, aunque lo parezca. ¿Se ha propuesto, ya que no puede hacer de presidente de Gobierno, hacer temporalmente de monarca? ¿Alguien me lo explica?