La transparencia informativa
EL PAÍS CENSURA A LOS PERIODISTAS DÍSCOLOS
A la vuelta de los traidores al campamento de Viriato, estos lo mataron mientras dormía. Cuando los asesinos fueron en busca de la recompensa prometida por Marco Pompilio, el cónsul Escipión ordenó que fueran ejecutados por traidores, al tiempo que les decía «Roma no paga traidores«.
Hasta aquí el episodio histórico. Se me ocurre un paralelismo entre los traidores de Viriato y la traición de los periodistas al lector. ROMA quedaría representada por EL PAÍS y EL PODER. EL LECTOR y LOS PERDIOISTAS, representarían a VIRIATO. Mientras los periodistas traicionan al lector, no sucede nada, es natural. Pero cuando el poder y la dirección del periódico son el centro de la crítica, entonces el Gobierno ordena la purga de los periodistas molestos. Ante esta noticia que se hace eco de la defenestración de dos profesionales, yo les recuerdo a éstos y a todos los aniquilados con anterioridad, que el lector no paga traidores. Cuando debían de haber criticado la línea de negocio de prostitución que viene manteniendo EL PAÍS en sus páginas, los grandes divos del periodismo del grupo PRISA, jamás levantaron su voz: Pepa Bueno, Iñaki Gabilondo, Carles Francino, Gemma Nierga, etc. Las grandes virtudes del periodismo español son: el corporativismo, la ausencia total de independencia del poder, la falta de crítica a los medios de comunicación y la nula autocrítica. Ahora el corporativismo funciona para defenderse del tirano. Pero cuando al lector le han negado el derecho a la información veraz y puntual, todos los profesionales de los medios se han comportado y se comportan como lo que siempre han sido en democracia, impostores del periodismo más elemental.