Extracto de la conversación tranquila de @jmfrancas con Ricardo Calleja (@ricardocrc). Licenciado y doctor en Derecho, profesor de Ética en IESE, cofundador de iniciativas ciudadanas como la plataforma Principios y el Club Tocqueville. Escribe en prensa sobre temas de ética social.
La conversación completa está: http://www.azperiodistas.com/ ricardo-calleja-contra-dios-viviamos-mejor/3604
blog: http://www.noentiendonada.es,
You tube: https://www.youtube.com/channel/UCUGcEzxyMJwuOCBNnjwPDxg?view_as=subscriber
JMF: ¿Como ves a la derecha española?
Ricardo Calleja: Gracias por esta ocasión de pensar en voz alta sobre temas difíciles. La pregunta presupone que compartimos una definición de qué es la derecha. Dejemos a un lado la dimensión filosófica de este debate, y aceptemos que Derecha es todo lo que está a la derecha de la izquierda. Así vista la derecha como espacio político-electoral de ámbito nacional está dividido en al menos cuatro grupos: el PP, Ciudadanos, Vox y la abstención o el voto marginal. Y es normal, en un momento en que el pensamiento conservador se enfrenta a una encrucijada ideológica y estratégica. Me explico: en la tensión fundamental de nuestro tiempo entre el orden liberal -cuyo mainstream es liberal-progresista- y la política anti- establishment -que está derivando en formas de populismo y de derecha alternativa-. La campaña de Soraya y Casado en las primarias del PP me parece que confirma esta tensión. Nota: todo esto son análisis de brocha gorda de fenómenos complejos, a lo único que aspiro es a poder identificar vectores decisivos, aunque no expliquen todo ni excluyan otras influencias.
JMF: ¿Qué es ideológicamente la derecha en España?
Ricardo Calleja: Si me permites, creo que es necesario abrir el foco y ver qué es la derecha en general en los países occidentales. Creo que Ortega decía que izquierda y derecha son formas de hemiplejía moral. Leía hace poco un artículo del filósofo Robert Spaemann que atribuía la división entre izquierda y derecha a la renuncia a una visión integral del bien humano, capaz de dar orientación y a la vez de poner límites a la acción personal y colectiva. De modo que -en terminología freudiana- la izquierda encarna el principio de placer, la pulsión utópica por el ideal, de modo unilateral y sin conciencia de límites. La derecha por su parte encarna el principio de realidad, la conservación resignada de las condiciones de la existencia. Esta caracterización desde luego se corresponde con la efusión ideológica de estas semanas de gobierno socialista, por contraste con la relativa austeridad y rigor de los años de Rajoy, desde luego en el plano retórico. En esta situación bipolar a la izquierda le corresponde marcar la dirección, a la derecha poner orden y acumular recursos, pero también a la larga aceptar los cambios progresistas y normalizarlos. La legislatura de Rajoy asentando toda la agenda radicalmente progresista de Zapatero es un buen ejemplo. La pregunta para la Derecha en este momento -volviendo a lo que decía antes- es si quiere aceptar esta iniciativa ideológica de la izquierda, por un lado; y en caso de no hacerlo, si el pensamiento conservador debe mantenerse dentro de los márgenes de las instituciones liberales -de las que la UE es un pilar básico- y del talante moderado, o dar un paso más radical. Radical tanto en la propuesta ideológica, hacia un conservadurismo metafísico no complaciente con el liberalismo moral, como en la estrategia política. En España, la posibilidad de una derecha alternativa, populista o reaccionaria, ha sido siempre marginal, dado nuestro pasado reciente y la ausencia de masas de trabajadores que experimentan desarraigo; y quizá también gracias a un catolicismo más bien amigable (seguramente en trance de curarse del franquismo). Pero el factor nacional se ha reactivado con la crisis catalana, y ahora yo veo algo de hueco para abrirse un espacio en la derecha. ¿Hasta ser capaz de formar gobierno? Me parece que no.
JMF: ¿Ves al PP o C’S virando hacia algo no complaciente con el liberalismo moral?
Ricardo Calleja: Ciudadanos en ningún caso, pues en materia moral o social representa el mainstream de la cultura actual. Tendrá sus propios problemas con las tensiones dentro del liberalismo. En concreto la oposición entre la retórica propia de las políticas de identidad, que atribuye derechos y superioridad moral a ciertos colectivos victimizados, por un lado; y la filosofía propiamente liberal que ve la sociedad como resultado de las elecciones individuales de ciudadanos libres e iguales. En cuanto al PP, Pablo Casado está enarbolando un cierto discurso conservador, como decíamos (nación, familia, educación). Pero es improbable que consiga dar a las políticas del PP una dirección muy coherente en ese sentido. Al fin y al cabo -basta ver a algunas de las figuras del PP que lo apoyan- el PP no es un caldo de cultivo para el conservadurismo metafísico, aunque pueda ser un lugar donde los conservadores al menos puedan decir lo que piensan frente al consenso de lo políticamente correcto.
JMF: Gracias Ricardo, paramos aquí que ya da para mucho, me gustará seguir más adelante, ¿te animarás?
Ricardo Calleja: Gracias a ti. Hasta la próxima.