REFLEXIONES SOBRE LA CATALUNYA DE 2021
Dani Sánchez-Crespo @DaniNovarama
Quiero cerrar mi serie de hilos sobre Catalunya, porque el tema agota, comentando los resultados de ayer. Son bastante lo que se veía venir, pero dejan novedades y reflexiones que merece la pena hacer. Cívicamente y desde el respeto, como siempre. ¡Dentro hilo!
El independentismo sube poco a poco porque entran en edad de voto personas jóvenes, estadísticamente más indepes que los abueletes que van muriendo. Eso explica ese 2% arriba más o menos del bloque indepe. Seguirá pasando, creo, en futuras elecciones.
En la prensa se habla mucho de la división: que, si ERC se pelea con Junts, o lo que sea. Siento romperles la ilusión: aquí la gente ve eso como males menores. Aquí se cuenta, por encima de todo, cabezas indepes vs. no indepes. Y, en ese sentido, el movimiento avanza.
Aquí la mayoría asume que un día se votará independencia SI o independencia NO en un referéndum y, ese día, los de Junts, los de ERC o los de la CUP votarán juntos. Y toda esa película de división que tanto gusta exagerar a la prensa, ese día, sinceramente, dará igual.
Luego están los que dicen que la abstención ha sido alta. ¿Oigan, si ustedes creen que no han conseguido que su gente vaya a votar, qué culpa tiene el resto? ¿Igual es que han dejado de creer en ustedes como solución al problema, eh Ciudadanos y PP?
Total, que tenemos un bloque indepe que, en 20 años, se ha multiplicado por 3, por el relevo demográfico y el agotamiento y desesperanza con España. Del otro lado, tenemos dos bloques: los españolistas «duros» (Vox, C’s, PP), y los «blandos» (Podemos + PSC).
Los duros votarán LO QUE SEA por la unidad de España. Votaban PP. Pasaron a C’s porque gritaban más. Pasan a Vox porque gritan aún más. ¿Por qué se escoran? Porque su esfuerzo es estéril. ¿De qué han servido los 36 diputados de Arrimadas? Para obtener 6. Triunfo, ¿no?
Eso pasará con los 11 a Vox, me temo: Catalunya nunca será españolista dura, son sólo 11 entre 135. Y por cierto, el bloque españolista duro pierde la mitad de su terreno: PP+C’s tenían 40 escaños. Ahora PP+C’s+Vox tienen 20. Vamos, que han perdido peso, no ganado.
PSC: la operación Illa les ha salido semibién (doblan escaños), pero me temo que no servirá de mucho: nadie quiere pactar con Illa. Sus escaños creo que salen de la parte menos dura de C’s, que los pierde. Adiós Carrizosa, fue un placer. Guárdale sitio a Inés en Endesa.
¿Podemos? Ven que los indepes avanzan, y eso les tienta a proponer cosas. Fíjense las posiciones recientes de Iglesias: es lógico. Antes pescará un votante indepe que uno de Vox. Pero esa cercanía es peligrosa: puede provocar poco a poco transferencia de votos…
… desde Podemos hacia los indepes, a medida que la cosa se vaya decantando. Y cuidado: ya saben que, con Catalunya, cuando yo digo «poco a poco» me refiero a 5-10 años vista. Esto ni va a ser rápido ni fácil. Pero avanza, eso está claro. Ahora, las reflexiones:
Primero: los indepes ya son mayoritarios en votos y escaños. Negar un problema lo hace crecer. Gobierno de España: ¿hablamos con ellos, o todavía “no son” la mayoría? ¿Exactamente cuándo serán representativos? ¿Cuándo se hayan ido? ¿Seguimos sin admitir que esta gente está ganando?
Segundo: dejen ya lo del odio a España. Lo de Catalunya no es odio hacia España, es desconexión basada en la desesperanza. Hablan de odio porque es una forma de refugio para no afrontar la verdad. Como el niño que dice «no es que yo lo haga mal: es que me odian».
España niega la evidencia. Y la evidencia es tozuda: es un país estancado, mal gestionado últimamente. Y, ante eso, Catalunya se plantea si le iría mejor por separado. ¡Malo si Libertad Digital coincide conmigo!
Además, España está virando hacia un modelo centralista centrado en Madrid que empeora las cosas y aquí da repelús. No se engañen: no es Catalunya quien vacía España: es Madrid.
Ante esto, se puede volver a poner excusas, o afrontar la realidad de una puñetera vez: sin cambiar España no se arregla Catalunya. Echen de una vez al Rey, reformen el sistema político y la distribución de competencias del estado, o pronto no habrá estado.
España es cautiva de unas élites que la están hundiendo. Y se lo dice un tipo que votó indepe ayer. Pero que podría no hacerlo, y podría votar otra cosa. ¿Pero… para qué? ¿Para vivir en un país con cero capacidades de autocrítica, sin plan y sin ambición de mejora?
Qué triste un país cuya única respuesta a lo de Catalunya sea preguntarse a partir de qué % de voto indepe ya está todo perdido allí, ¿no? No asistir al combate ya es media derrota, y España hace tiempo que no combate, se niega a bajar al ring de las propuestas.
España necesita un Kennedy. Alguien con mirada larga que salga y diga: «lo que haré no gustará, pero es lo que hay que hacer». Y dé la vuelta al país. Pero ustedes y yo sabemos que eso no va a pasar: España es irreformable, fruto de una Constitución mal diseñada.
La Constitución permite al poder en Madrid «vender» que existe una vía de reforma, que en la práctica no existe. Y claro, atrapados en su propia mentira (¡la de “consigan que les acepten la reforma, catalanes!”), no se dan cuenta que avanzan hacia la ruptura.
Mientras, Catalunya sí tiene esos líderes que «ilusionan»: aquí la gente oye hablar a Junqueras o Puigdemont, y se emociona. ¿Les parecen una mierda? Lo respeto. Pero aquí, son intocables. ¿Ilusionan Casado o Sánchez a los suyos lo que ilusionan estos aquí? Lo dudo.
Sigo: las naciones se construyen consiguiendo cosas juntos. Y me temo que esa sensación de éxito colectivo hace demasiados años que no se pasea por España. En cambio, en Catalunya sí que hubo una sensación de misión colectiva alrededor del 1 de octubre.
Y España va y pega a esa gente y mete a sus líderes en la cárcel. ¿Querían echar gasolina al fuego? la clavaron. Vayan a cualquier acto de Junqueras o Puigdemont, o se hable del 1-O. Verán mesianismo en estado puro. El tipo de liderazgo que es el cemento de las naciones.
Y no me digan «eso es suprematismo»: cuando España conseguía cosas, no era suprematismo? No es suprematismo, es orgullo. El orgullo de conseguir, inventar, mejorar, colaborar. No me culpen si España no hecho nada de lo que se me ocurra sentirme orgulloso últimamente.
No se sorprendan que, ante semejante panorama, la gente se busque la moral en otros lugares y personas. Que a ustedes les parecerán supremacismo, pero que no es más que el orgullo lógico que uno debería sentir por su país. Y que este país ha perdido la capacidad de generar.
Y, ante esto, el poder en España ríe y ridiculiza. Lean editoriales hoy. No entienden qué pasa en Catalunya, presos de una arrogancia metropolitana brutal. Un falso orgullo que les aleja de la solución. Señores: empiecen respetando al adversario, e igual pueden arreglar algo.
O sigan con el «a por ellos». Sigan creando discursos cada vez más radicales. Sigan con el centralismo. ¿No ven lo bien que está funcionando la estrategia? ¡Para qué cambiarla! Para qué hacer caso de los catalanes que intentan ser razonables y explicarles qué pasa aquí. ¡Gracias!
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