Es común ver en estas historias de éxito, emprendimiento y negocios a personajes que logran construir imperios en casi cualquier rubro desde aparentemente nada; maquillaje, alimentos, música, modas y un sinfín de ejemplos más que podríamos mencionar. Estos personajes, alabados por la prensa y la crítica, son señalados de poseer un “gen” para los negocios, cual si fuese una especie de predisposición genética una actitud más proclive a tomar riesgos financieros que maximicen las ganancias de una empresa, pero…¿Es realmente posible que exista tal cosa como una predisposición genética que facilite la toma de riesgos financieros?
Al ponerle la lupa a buena parte de las historias de éxito y emprendimiento, podemos ver que existen un sinfín de ejemplos en los cuales estos nuevos empresarios realmente vienen de familias que ya se encontraban desde antes en posiciones privilegiadas económicamente. Es ahí donde encontramos un factor en común entre varios empresarios reconocidos de la actual lista forbes; en su mayoría provienen de familias considerablemente acaudaladas, y si bien algunos construyeron imperios aparte estos se formaron a la sombra de otro pre-existente, e incluso llegó a absorber el que su familia ya poseía.
Es justamente este factor en común entre todos, sus posiciones de ventaja económica desde un principio, lo que hace que una persona se sienta más segura al momento de tomar una decisión con respecto a si vale o no la pena tomar un riesgo económico. Para una persona cuyos fondos estén contados tomar una decisión que comprometa aunque sea una parte de dicho caudal será una tarea bastante más complicada que para una que, aunque comprometa una buena parte de un capital, cuenta con la plena seguridad de una red que frenará su estrepitosa caída y le impedirá llegar a una ruina total; una network trabajada (o heredada directamente) durante años de negocios familiares previamente construidos.
Se puede tomar el ejemplo de un pequeño emprendedor que busca formar una pequeña empresa desde el principio, teniendo como base un reducido capital inicial; en este caso tendremos a una persona que tendrá que luchar para adquirir los subsidios o créditos que necesite para el crecimiento de su negocio. Muy por el contrario, personas con posiciones bastante más privilegiadas son las primeras en ser elegidas para obtener préstamos en el acto, contando con un capital inicial para el emprendimiento que multiplica varias veces el que la mayoría de los emprendedores tiene en un principio. Si bien las historias de éxito y emprendimiento tienen bastante para aportar a la inspiración ajena, ponerle la lupa a estas mismas y revisar el historial familiar de quienes las protagoniza nunca está demás. Si bien esto puede desrromantizarlas (quitarles un poco de su magia inspiracional), también podemos sacar que ese llamado “gen de los negocios” no viene siendo (en la mayoría de los casos) nada más que una red de seguridad heredada por los viejos negocios de la familia.