Pedro Taracena Gil
PRESENTACIÓN
¿Por qué soy un admirador de Ramón Cotarelo?
Tengo la edad suficiente como para denunciar la mentira que nos pretenden vender a estas alturas del siglo XXI. Desde 1975 a 2018, España se ha edificado en base a la gran mentira que ha sido la nada modélica Transición. Algunos francotiradores están teniendo la valentía de denunciar la dictadura del franquismo, el Régimen del 78, y el post-franquismo, sin olvidar el eterno nacionalcatolicismo. No obstante, la España oficial ha montado un NODO que hace la propaganda de las delicias de la Monarquía. Desde el Rey hasta el último político están al servicio de la España como un estado fallido. Sí, en 1939 se consumó la aniquilación del Estado de Derecho de la República Española y aún ese Estado de Derecho no ha sido restablecido. España hoy es un estado legal pero ilegítimo y legal pero injusto.
Mi análisis es sencillo y mi respuesta sincera. Me encuentro en la séptima década de mi existencia y he conocido y padecido la vida del franquismo y del nacionalcatolicismo, en la España rural de La Campiña de Guadalajara, hasta los 14 años. Como muchos de los chavales de la época me trasladé a Madrid para abrirme camino en la incipiente transformación de la agricultura en industria y servicios. Si mi niñez se desarrolló en el seno de una familia de labradores, mi adolescencia se vio deslumbrada por la ciudad: el cine, los guateques, las chicas y una Institución Sindical que, previo examen selectivo pude cursar estudios laborales. Esta formación profesional me permitió incorporarme al mundo del trabajo en una multinacional del automóvil. Me extiendo en esta introducción porque soy la generación, que debemos de romper con la farsa de la vida en la mentira, con la cual el franquismo, ya se ha perpetuado. El franquismo lo viví creyéndome el nacionalcatolicismo, hasta tal punto de que llegué a casi levitar… Al final de los años 60 entré en conflicto conmigo mismo porque tuve que servir, en términos evangélicos no a dos señores sino a tres: Al Glorioso Ejército Español, a la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana y al aggiornamento que el Concilio Ecuménico Vaticano II desgranaba cada día y que me seducía…
En los años 70 fui madurando con estas experiencias y descubrí, maldecí y repudié para siempre cómo el Régimen mezclaba la Religión, el Ejército y la Tiranía política. Donde todo era inmoral, aunque para ellos lo inmoral sólo tuviera que ver con el sexo. La parte dogmática de la Iglesia la cambié por la cuestión social, y el militarismo lo desterré de mi vida, como perverso e innoble… Tomé consciencia de que vivía en una dictadura y mis viajes a Francia me permitieron ver el pozo donde estábamos los españoles metidos.
Por razones de trabajo fui desplazado a Catalunya y allí viví la muerte del dictador, la Transición Española y la Transición Catalana. Lamento reconocer que cuando fui conociendo Catalunya iba descubriendo que ya había atravesado los Pirineos, y cuando viajaba a Madrid, la capital me parecía una provincia. Aunque nací en Madrid a los pocos días me llevaron al pueblo y por supuesto me considero madrileño. Pero eso es sólo una emoción…
Esa época la viví con mucha intensidad: Me casé estando en Barcelona y allí tuvimos una hija. Acordamos no ir a Madrid para que naciera allí. La Transición la viví en su versión oficial a través de los medios de comunicación. Por supuesto la versión catalana la viví en directo; contagiándome del entusiasmo de las gentes. También desde Aragón y Baleares puesto que estas tres regiones pertenecían a mi zona de trabajo. Y por si dos versiones no fueran suficientes, tuve la oportunidad de estar unos meses del año 1979 en diversas ciudades de Francia. Allí donde me relacionaba con franceses me sometían un interrogatorio de lo más interesante. Constaté que en Paris, Estrasburgo y en el Midi francés, tenían unas expectativas más optimistas que los propios españoles en España. La estancia en Francia me hizo superar cierto complejo que yo tenía como español… Desde la atalaya de 2018 ¿Cuántas sandeces y embustes se escuchan de los impostores del periodismo escribiendo sobre la propaganda del NODO del post-Franquismo?
Por el odio, el miedo, o la mentira, los españoles desde aquellos años de la Transición, dimos el SÍ a la trama que Juan Carlos y Suárez urdieron, para que asumiéramos en un mismo concepto uniendo la democracia y el rey, como la única salvación de España. Mientras la Transición nos hacía más demócratas también nos hacíamos menos pobres y hasta nos olvidamos de que Franco seguía vivo en el espíritu de los Tres Poderes del Estado. Pero en mi familia no olvidamos que habíamos tenido exilio, torturas, encarcelamientos, asesinatos, muertos en fosas comunes, purgas con aceite ricino y paseo con la cabeza rapada por el pueblo, y la experiencia de estar mis abuelos en la cárcel con siete hijos bajo la custodia de una tía soltera. Los delitos: maestro de escuela, alcalde republicano, mujer del alcalde, hijos del alcalde, sindicalista de UGT, incorporación como voluntario a las milicias republicanas, huir a Francia para poder salvar la vida y el deseo de exiliarse en América.
Después de 40 años de dictadura, 40 años de democracia tutelada por los mismos que se levantaron contra la República, hoy podemos constatar signos que nos hacen pensar que nada debe de seguir siendo igual. El Levantamiento del 15-M, la Revolución Feminista, la Memoria Histórica, la Reivindicación de los Pensionistas, el jaque a la mentira del NODO, las Redes Sociales y la lucha contra el Machismo, nos deben de conducir a cambiar el signo de la vida en la mentira, concepto que Vaclav Havel desarrolla en su libro El poder de los sin poder.
Esta nada breve introducción es para responder a la caterva de impostores del periodismo, NODO del Régimen del 78, que siguen al servicio de la Oligarquía Financiera, Oligopolio Energético, la Empresarial mafia de la esclavitud, la iglesia cómplice del Genocidio, el Ejército y los Corruptos institucionalizados como organización criminal. Los Medios de Comunicación han defendido la gran mentira de la Transición, apuntalada de embustes.
Admiro a Cotarelo y a otros como él, auténticos francotiradores de la verdad. No solamente hay que denunciar el Genocidio sino las consecuencias que padecemos. Hay que proclamar la verdad y desenmascarar a los voceros del Régimen del 78, los Boceras del Reino, las Musas del Partido Popular (Franquismo) y al mismo Rey de España.
LOS DIEZ DISPARETES DE LA IGNOMINIA
¡Cuánto me gustaría que los 10 DISPARATES de este esperpento fueran las mentiras de “un carcamal resentido”! Como diría Esperanza Aguirre.
1. El Rey es legal pero no es legítimo. España no tiene un jefe del Estado democrático.
2. Franco cometió una serie de crímenes en cadena, es decir, un Genocidio: Golpe de Estado contra la República, provocó una Guerra Civil e implantó una cruel dictadura.
3. Franco fue un criminal dictador, Caudillo de España por la Gracia de Dios y hacedor de reyes.
4. Fue ilegítimo que Franco instaurara el Reino de España y nombrara su heredero a un Bobón.
5. La vuelta de los Bobones al trono de España fue urdida por el Capital, la Iglesia, el Ejército y los caiques.
6. La Dictadura no murió con el dictador el 20 de noviembre de 1975.
7. El Rey ilegítimo concedió una amnistía para los verdugos y sus víctimas.
8. La Constitución tutelada por los franquistas dejó definitivamente impune el Genocidio.
9. El ilegitimo Rey Juan Carlos I juró los Principios del Movimiento y nuca juró la Constitución Española.
10. El También ilegítimo rey Felipe VI tampoco ha condenado el franquismo, homologándose con el Franquismo del Partido Popular.
¿Con qué legitimidad el Estado procesa y encarcela a los secesionistas catalanes cuando ha dejado impune el Genocidio Franquista?