Al igual que Zapatero, que gracias a su desastroso final de mandato, arrastró al PSOE a una bajada histórica que Rubalcaba no pudo parar, Sánchez ha acelerado la caída libre del partido socialista. Por si esto fuera poco, el hecho de que Sánchez amenace con volver y, como mínimo, resistir con lo poco que le queda, da la imagen de un socialismo realmente más que dividido. La realidad política española hace que el electorado castigue poco la corrupción, mucho la contradicción ideológica y muchísimo la división de un partido y el PSOE las tiene todas: corrupción, caos ideológico y batalla campal interna.
Las ultimas encuestas, acaban de publicarse más, siguen mostrando que esta pérdida sangrante de votos socialistas, beneficia fundamentalmente a la abstención, sus votos se quedan en casa, y al PP que sigue subiendo. Podemos y aledaños políticos, se mueven entre el mantenerse o el subir muy poco y Ciudadanos va en retroceso. El hecho de que el PSOE, ahora de nadie, siga cediendo votos, posibilita que Podemos, sin ganar apenas nada, pueda ascender a ser la segunda fuerza y por tanto, liderar la oposición. Sería curioso si, al final de este proceso de cambio, el duopolio PP y PSOE se transforma en España en un nuevo bipartidismo de PP y Podemos.
A Rajoy, amen de gobernar, le debe preocupar como queda el mapa político español. Es difícil pensar que prefiera cambiar, como contrincante y alternativa de gobierno, al PSOE por Podemos y por tanto debe intentar echar un paracaídas a este socialismo que cae en picado. Esto debe llevarle a contar con un partido socialista, miedoso frente a una convocatoria electoral prematura, pero sin abusar ni un pelo de esta debilidad para no ponerle al pie de los caballos de Iglesias.
No entiendo nada. Además de gobernar, ¿debe Rajoy salvar al PSOE para frenar a Podemos y conseguir que ambos se desgasten por la batalla entre ellos? ¿Alguien me lo explica?