6 marzo, 2021
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Venezuela un país que tiene niveles superiores a la esclavitud pues quien trabaja no recibe lo suficiente para al menos comer y por las limitantes creadas por el régimen el que se sentía ciudadano ahora tiene su estado, municipio o poblado, por cárcel. Venezuela presa, humillada y destruida por revolución.
Luego de liquidar dos conos monetarios y un discurso falso de prosperidad engañoso y fantasioso naufraga política económica y la pretención es esprimirle los bolsillos a los venezolanos que reciben ayudas productos de las remesas. Quienes salieron despavoridos del país y que en su mayoría también sobreviven en el exterior siguen siendo víctimas de la exploración de la revolución pues sus envíos de dinero a familiares terminan financiando la precaria e irrecuperables finanzas del estado fallido imperante.
El señor Maduro prometió recientemente el Bolívar digital y termina imprimiendo billetes ante la perdida de soberanía monetaria invadida por el dólar, el euro, el peso y las criptimonedas. Su petro por no ser una moneda física, paso ha constituirse en una lavadora de capitales producto de la corrupción. El Sucre del difunto comandante fue igual un anuncio que quedó como las monedas comunales. Lo único que el mentor de la revolución si acertó y no pudo detener su heredero fue el trueque.
La gente paga una carrerita con un kilo de arroz o de harina , eso sí, no reciben el que viene en el clap. La industria más exitosa de la revolución es la que vergonzosa mente dirige los cuerpos de seguridad. Genera millones de dólares , no de bolívares, para quienes tienen el control de todo. Cualquier actividad donde se mueva un capital por pequeño que sea, es vulnerada por los controles, el matraqueo y extorsión . Insolititamente bandas delictivas, movimientos irregulares, entre los que clasifican los colectivos y cuerpos de seguridad se repartieron el país en territorios para el control y sacar provecho de la anarquía total tolerada por el estado.
Así como existen cuadrantes de paz existen cuadrantes para la extorsión y corrupción. El estado se empeña en el diálogo con sectores empresariales simplemente porque está quebrado y ahora con el control legislativo formal , propulsan el crecimiento desmedido de impuestos y precios de los colapsados servicios públicos anclados al Petro emblema y referencia leonina que le llena las arcas a los jerarcas del régimen y liquidan la economía doméstica de la sociedad venezolana que en su mayoría su sueldo no alcanza ni para pagar una bombona de gas o pagar un recibo de agua. Finalmente observen que lo que está sucediendo es producto del final de un modelo político económico y social que logró el mayor índice de pobreza del mundo, el mayor nivel de burbuja corrupción del siglo y lo más triste propulsor el destierro de más de 6 millones de venezolanos. La mayor migración del mundo producto de la unión cívico militar y ahora policial que se traduce en un chantaje de una minoría armada que se impone ante una nación hambreada , empobrecida y aparentemente controlada.