LA PRIMAVERA ESPAÑOLA 2016
Diagnóstico sobre el perfil de los electores
Por Pedro Taracena
La democracia española lejos de tener la solera de Gran Bretaña, una monarquía parlamentaria centenaria, y tampoco la experiencia de la República Francesa, que nace como consecuencia de una revolución que guillotina a sus monarcas, nuestra experiencia auténticamente democrática arranca en 1933, con el voto universal, directo y secreto, también de la mujeres, como consecuencia de la proclamación de la República en 1931.
Las estructuras políticas de España son totalmente diferentes a las europeas, incluyendo las experiencias portuguesa y griega. Ambos países rompieron con sus dictaduras a través de un proceso revolucionario. En Portugal la Revolución de la Claves rompió con el salazarismo, y en Grecia la caída del régimen de Los Coroneles, dio paso a un referéndum para elegir entre una república, o volver a la monarquía derrocada por el régimen militarista.
Sin embargo, en España después del periodo constitucional y republicano que comprende desde 1931 a 1636, el golpe de estado del general Franco rompe con el legítimo Estado de Derecho reconocido internacionalmente. Durante tres años tiene lugar un enfrentamiento fratricida y concluye con la implantación de una dictadura por los vencedores de la Guerra Civil, que se dilatará desde 1939 hasta 1978. Es evidente que el país quedó fracturado en dos partes, la España de los vencedores y la España de los vencidos.
Después de este periodo de excepción democrática, los franquistas que habían servido incondicionalmente al régimen dictatorial, optaron por llevar a cabo una Transición tutelada por ellos. Imponiendo a los llegados del exilio, de las prisiones y de la clandestinidad, una constitución donde quedaran impunes todos los crímenes cometidos por la dictadura; estableciendo en 1977 una Ley de Amnistía que funcionaría como las leyes de punto final de otras tiranías iberoamericanas. El terrorismo que luchaba contra la dictadura se equiparaba a los crímenes franquistas cometidos en el periodo desde 1939 a 1975.
Sin profundizar en los hechos carenciales de la Transición y las mentiras contenidas en la Constitución de 1978, España comienza una nueva andadura democrática homologada con el Estado de Derecho perdido en 1936 y las democracias de nuestro entorno europeo. A partir de este momento histórico los partidos políticos legalizados, toman nombres que intentan epatar al resto de las democracias occidentales. Pero el nombre adjudicado de derechas, izquierdas o centro, nada tienen que ver con la tradición europea. El franquismo tenía tres componentes fundamentales: militarismo, falangismo (Versión española del fascismo italiano) y nacionalcatolicismo. Por otro lado, los opositores que habían perdió la guerra y habían sufrido persecución y muerte durante la dictadura, constituían grupos más definidos y homologados con el resto de las opciones democráticas: republicanos, socialistas, comunistas y nacionalistas sobre todo vascos y catalanes. Los vascos abertzales, católicos y conservadores. Y los catalanes separatistas, republicanos, burgueses y conservadores, también.
Estos dos bloques de las dos Españas, los vencedores y vencidos, mantienen hasta nuestros días, grosso modo, características propias. Un bloque lo constituyen los nostálgicos del poder económico y caciquil, que añoran el maridaje Iglesia-Estado y la alianza trono-altar. También se alinean con este bloque la banca y el empresariado, los autónomos y las profesiones liberales, que prefieren la vertiente liberal del franquismo en lo económico. El otro bloque mayormente lo integran el pueblo trabajador por cuenta ajena, los funcionarios y profesionales de la Educación, la Sanidad, la Dependencia y los Servicios Sociales.
Este planteamiento no es una forma tendenciosa de clasificar a los trabajadores. Tengo la edad suficiente como para recordar que el franquismo diferenciaba al obrero del empleado. El factor diferenciador era que el obrero trabajaba en la obra, en la mina o en el taller y se suponía que era comunista, sindicalista o republicano. Sin embargo el empleado que trabajaba en las oficinas, se entendía, que se había escorado más hacia el caique, el empresario y el capital. Por este motivo en las empresas los obreros eran discriminados sin horario de verano, y si faltaban al trabajo se les descontaba el tiempo en su paga. El jornal se cobraba por días, por semanas o quincenas, mientras el empleado cobraba su sueldo el último día de cada mes. Aunque con la Constitución el Estatuto del Trabajador homologó a España con la Organización Internacional del Trabajo OIT.
En la actualidad estos dos bloques están más diversificados. Por un lado los franquistas que tienen sus raíces en la dictadura, evolucionados de Alianza Popular a Partido Popular. Esta 1ª opción desea perpetuar el difícil equilibrio entre el franquismo y la Constitución del 78. Otra 2ª opción conservadora que no ve con buenos ojos condenar la dictadura está formada por ciudadanos que presta todo su apoyo al liberalismo económico a empresarios y banqueros. Estos Ciutadans se formaron a la sombra de la burguesía catalana y desembarcaron en el resto de España con vocación de regenerar la vida política emponzoñada por la corrupción. Ciudadanos aboga por evitar que España se rompa y ofrece pactos a diestro y siniestro, impartiendo una especie de bendición urbi et orbe en pro de la reconciliación y la unidad nacional.
La 3ª opción, sin que este orden sea preferencial o jerárquico, está constituido por el PSOE, que con el PP ha sido protagonista de la política de alternancia ofrecida por el bipartidismo. Los socialistas españoles al igual que lo populares, están homologados con las tesis de la Unidad Europea y defienden por encima de la Europa de los ciudadanos la Europa de los mercaderes.
Una 4ª opción es nueva y ha surgido del Movimiento 15-M, la constituyen gente joven muy bien preparada y que desean que sea el pueblo quien decida sobre los aspectos que le afectan. Son radicales porque desean llegar a la raíz de los problemas y abogan por declarar y perseguir de que: sí se puede hacer otra forma de hacer política.
Y 5ª opción sería el entorno del histórico Partido Comunista de España. Que nada tiene que ver con las dictaduras del proletariado y quizás más con aquel intento de Santiago Carrillo sobre el eurocumunismo. Leyendo el libro Premio Planeta de Jorge Semprun, Autobiografía de Federico Sánchez, se aclaran muchos conceptos.
Este espectro político es el que ha dejado la convocatoria del 20D 2015. Aunque el PP tome parte del PP europeo, ambas ideologías tienen diferentes orígenes. Sin embargo, el PSOE se asemeja más a la socialdemocracia imperante en Europa. De igual manera IU y Podemos sí encuentran sus homólogos en el Europarlamento. Ciudadanos salvando sus simpatías nacionales con la unidad de España, sería afín a los liberales conservadores. Es producto de bancos y está al servicio de los bancos.
Con este planteamiento me atrevo a diagnosticar la fidelidad del voto en base a varias premisas: los resultados del 20D, los motivos ideológicos y de conveniencia personal y la corrupción. Desprecio otras variables como los medios de comunicación escorados hacia el bipartidismo y en contra de las fuerzas emergentes y afines con el Movimiento 15-M.
¿Por qué se sigue votando mayoritariamente al PP?
- Por motivos ideológicos, franquismo y nacionalcatolicismo, que está por encima de cualquier otra variable: pensiones, paro, corrupción, desigualdad.
- Por motivos económicos: empresarios, banqueros, autónomos, profesiones liberales.
- Por rechazo histórico al comunismo, socialismo y separatismo.
- Y por último el PP representa la condena del terrorismo de ETA y la no condena de la dictadura franquista; reconociendo y homenajeando a las víctimas del terrorismo de ETA y olvidando y depreciando a las víctimas del franquismo.
- El cambio del líder y candidato a las próximas elecciones no alteraría los resultados.
Suceda lo que suceda, siempre, el PP alcanzará esa misma cota de poder. Es la opción de la España victoriosa de la guerra, cómplice con la dictadura e impositora en la transición. Quizás esto cambie con las generaciones venideras.
Con el resto de las fuerzas la decisión del voto es más razonable y pragmática. También es verdad reconocer que tanto las encuestas como los sondeos son sensiblemente manipulados porque los medios, todos, están de una forma u otra implicados en la estrategia de todos contra el Moviendo 15-M.
Pero sí intuyo unos resultados razonablemente pactados, las alianzas del PSOE, Movimiento 15-M y de IU; teniendo en cuenta a los nacionalistas de Catalunya y País Vasco, se llegaría a un Gobierno capaz de devolver la dignidad al pueblo español y exigir a Europa que ¡basta ya! de crímenes legales contra el pueblo. El PP y Ciudadanos son lobos de la misma camada…
El tema de la abstención es preciso analizarlo por partidos. El PP tiene su fidelidad cubierta con y sin corrupción. En PSOE tiene que responder ante sus bases si el pacto con Ciudadanos estaba en la voluntad de sus militantes. Yo he sido militante y votante del PSOE y es un “no” rotundo. Es posible que la fidelidad se quiebre a favor de Podemos, a pesar de los barones y el aparato del partido. Desde luego la fidelidad seguirá cayendo, quizás por el flanco de la abstención.
En el caso de Podemos, la fidelidad al partido está en relación con las respuestas dadas a las dos preguntas formuladas a los registrados en la formación política. Lejos de fomentar la abstención crecerá la participación y el apoyo. Podemos no tiene experiencia en defraudar a nadie porque nunca ha tenido esa oportunidad.
Ciudadanos se ha caracterizado por apostar por acordar con el PP, con el PSOE y no renuncia a ningún otro canal. No parece probable que sus votantes se escoren hacia la abstención. En gente movilizada con la ilusión de una nueva fuerza conservadora.
Y por último IU y todo su entorno comulga más con Podemos y PSOE que con el abstencionismo, aunque no siempre haya sido así. La abstención y la falta de unidad han sido sus dos grandes inconvenientes. Aunque personalmente percibo una mayor movilización a partir de que haya surgido el 15-M.
El 26J pondrá el broche a una situación inédita en España:
- La ciudadanía presenta mayor sensibilidad para implicarse en política. Las nuevas formaciones han insuflado ilusión al electorado.
- Los dos grandes partidos hasta ahora han tenido la hegemonía de los gobiernos de la democracia. Una buena parte de los ciudadanos han determinado que ya no les representan.
- La corrupción, la pérdida de derechos y las políticas llevadas a cabo en las dos últimas legislaturas del PSOE y PP, han provocado auténticos crímenes legales con la aquiescencia de la unión europea.
La madurez del pueblo español soporta sin problemas una nueva consulta pero el 26J es un punto de no retorno.