Después de la esperada entrevista entre Rajoy, lider del PP y Pedro Sánchez, líder del PSOE, para hablar sobre la investidura del primero, Sánchez realizó unas declaraciones que deben marcar su futuro político, dijo textualmente que la entrevista había sido “perfectamente prescindible”. La frase no tiene desperdicio porque indica hasta que punto el personaje está como un pulpo en un garaje en la política española. ¿Democracia sin diálogo?
Es casi de aurora boreal el nivel de desconexión entre los líderes políticos españoles. Fue noticia de primera página la famosa comida de los expresidentes con el actual presidente de Gobierno y Juan Carlos I, en un restaurante madrileño por lo inusual del hecho. Poquísimas veces hemos encontrado a los líderes en conversaciones como las que tienen los personas normales que trabajan en el mismo ámbito. Casi nunca en España un expresidente es consultado por un presidente en activo. Parece que eres mejor cuanto más raro, mas inasequible y más distante se es con aquellos que han ocupado el mismo puesto. Rarezas de la política española.
Si todo eso ya es malo, el bautizar de “perfectamente prescindible” un encuentro, en las condiciones actuales de parálisis institucional, entre los líderes de los dos grandes partidos, lo único que indica es que el personaje que piensa así es necesariamente prescindible, es decir: sobra.
No entiendo nada. ¿Tan creído y sectario es Pedro Sánchez que no valora, después de meses de no hacer nada, el dedicar un tiempo, simplemente hablando, a facilitar una solución para España? ¿Alguien me lo explica?