Previo a la lluvia de dinero que hoy distribuirá la lotería de navidad a muchos ciudadanos y a las arcas públicas, dos noticias han avanzado cierta goteo de euros al consumidor. De una parte, el Tribunal de Justicia de la UE acaba de sentenciar que los importes en concepto de intereses de las clausulas suelo, que afectan a unos dos millones y medio de familias españolas, deben ser devueltas por abusivas y, de otra, un acuerdo entre PP y PSOE para resolver, según ellos, la pobreza energética en base a decidir quien paga el bono eléctrico y prohibir cortar el suministro de electricidad a las familias muy vulnerables.
Aparentemente ambas son buenas noticias a falta de ver lo que solemos llamar la ‘letra pequeña’. Si el bono eléctrico lo acaban pagando el resto de consumidores, tendremos un parche más que caerá en las espaldas del ciudadano consumidor. Si el monto de millones que deberá abonar la banca a los que se les aplicó a la clausula suelo, sale en base a un tozolón en bolsa donde los pequeños inversores, ciudadanos tambien, pagan el pato y suben los intereses de las hipotecas para equilibrar los balances, volverá a pagar el ciudadano consumidor.
De una u otra manera, el ciudadano consumidor será el pagano en favor, también es verdad, de los que pagaron más de la cuenta, o simplemente de aquellos conciudadanos a los que les va fatal y por solidaridad no podemos dejarles con frío. Evidentemente todo el dinero que moviliza el Estado sale del mismo sitio y, por tanto, cualquier solución pasará por vaciar más nuestros bolsillo, a no ser que, soñar es gratis, algún mandatario, con cierto sentido de la justicia, entienda que ya basta y que la solución pasa por quitar gastos superfluos y bajar impuestos, véase el IVA, en aquellos bienes que se consideran del todo necesarios.
No entiendo nada. ¿Por que cualquier error, sea del sector privado o público, acaba repercutiendo en más impuestos y más gasto en vez de menos despilfarro? ¿Alguien me lo explica?