Momentum significa “movimiento”, fue Isaac Newton el que dió origen a este término a partir de sus “leyes”, particularmente de la tercera que se refiere a la conservación del.
En los tiempos actuales podemos llamar “momentum” a la capacidad de hacer que algo se ponga en marcha y que su propia inercia lo mantenga en movimiento.
Al principio lograr que algo se empiece a mover cuesta mucho esfuerzo, pero una vez que logramos ponerlo en movimiento, cuando rompemos su inercia, es muy fácil lograr que se mantenga andando.
En términos sociales, crear “momentum” es algo muy atractivo para los políticos y partidos políticos, porque puede redituar enormes cantidades de votos y apoyos, basta con sumar voluntades en torno a una idea central que gira en derredor de intereses comunes y hacer que se desplace en una misma dirección. Promesas de enormes beneficios siempre futuros deben alimentar la marcha.
Parece fácil lograrlo en tiempos de las Redes Sociales, mirándolo simplistamente: bastaría aplicar como recetas de cocina los principios de Goebbels, pero no lo es.
Para lograr crear los “momentum”, se requieren conocimientos especializados tanto para generar ideas como para monitorear constantemente el clima social y anímico de los integrantes de la sociedad. Los seres humanos oscilamos entre dos emociones básicas fundamentales: el placer y el dolor, buscamos la primera y rechazamos o evitamos la segunda.
En su larga campaña, Andrés Manuel López Obrador intentó crear “momentum” de diferentes formas, en varias ocasiones lo logró, pero en otras no logró mantener el impulso y perdió.
En las elecciones del 2012, por ejemplo, López Obrador equivocó de orilla a orilla la estrategia, se lanzó con todo contra Peña Nieto, mientras que este con mejor criterio, se enfocó contra Calderón que era el Presidente y concentraba todo el enojo social, y enarbolando la Inseguridad dejó que AMLO se desgastara inútilmente y le ganó.
Siempre resulta infinitamente más fácil y barato impulsar el momentum apelando a las emociones insatisfechas de la mayoría, el odio: el rencor, la amargura, etc., porque resultan buenas y baratas ruedas motrices para crearlo y mantenerlo, a cambio de ofrecer desahogos.
Al ganar Lopez Obrador la Presidencia, se rodeó de improvisados, muy leales, pero ignorantes en la filosofía, idiosincracia y dinámica de las Redes Sociales, quisieron crear “momentum” a partir de impulsos equivocados, y a partir de allí todo fue larga cadena de errores que los tienen actualmente postrados y con una aceptación inferior al 18%, en todas las muestras confiables.
La oposición lo notó pero los animó a seguir: “si tu enemigo se equivoca, no lo corrijas ni lo distraigas, mejor échale porras para que siga peor”. La 4T ensoberbecida se sentía en el edén, y se siguió de frente.
Las muestras confiables en las Redes Sociales descansan en la amplitud del universo de usuarios que existen en este “medio de medios”, y que asciende actualmente a 90 millones de usuarios en términos redondos.
Un somero recuento de esas medidas equivocadas es la siguiente: 1.- confundir los deseos propios con la realidad, 2.- saturación de la audiencia, 3.- desconocimiento de roles, 4.- extravío…. etc.
1.- Confundieron sus deseos propios con la Realidad, supusieron que la gente olvidaría sus problemas y carencias: inseguridad, corrupción, perdida del poder adquisitivo, nepotismo, gasolinazos, etc. y cambiaría sus emociones negativas por un amor incondicional hacia AMLO, el Salvador; para ello acudirían al sencillo expediente de presentarlo como el Mejor Presidente de México, con todas las promesas que ello implicaba.
2.- Saturaron la audiencia con sus mañaneras, este fue un error garrafal, ningún líder en el Mundo puede aguantar un desgaste de este tamaño, aunque reparta millones en premios, becas, apoyos o lo que fuera. A partir de entonces todo lo que decía el Presidente parecía un simple ruido mediático que ya nadie quería escuchar, salvo que hubiera algo extravagante que alimentara el morbo.
3.- Fingieron desconocer sus roles y asumir los de Pueblo y Gobierno haciendo switch entre ellos a conveniencia: Gobierno en los logros que presumir, Pueblo en las protestas en su contra , culpando a entes etéreos: conservadores, fifiís, machuchones, neoliberales…
4.- Sin un bagaje cultural y empírico suficientemente amplio, se perdió el rumbo del discurso y las acciones entre mentiras, calumnias, promesas incumplidas, contradicciones, anecdotario, psudohistoria, etc. Se extravió la estrategia, los principios, la mística, en contacto y todo lo demás.
Tardíamente se dieron cuenta del peligro que todo lo anterior representaba, y que habían logrado mantener bajo cierto control aduciendo que solo era bulla mediática en las Redes Sociales, y quisieron evitar las protestas físicas a como diera lugar, haciendo creer que poseía una gran fortaleza interna y externa, no pudieron.
Dos eventos los pusieron en evidencia: el “culiacanazo” y la expulsión del exdictador Evo Morales al que colmaron de honores. Entre el Cártel de Sinaloa, las Fuerzas Armadas y el Gobierno Norteamericano exhibieron al gobierno de la 4T en toda su real debilidad.
Vinieron después las protestas presenciales, físicas: la primera entre El Angel y el Monumento a la Revolución que los puso de cabeza, luego la caminata de los Le Baron Sicilia, después la de los estudiantes de Medicina en Puebla, siguieron los abucheos en Tabasco, y la marcha y el Paro Nacional de Mujeres los días 8 y 9 de marzo, y aquel “momentum” cambió de dirección, se les volvió inverso.
No fue algo repentino, súbito, así no suceden las cosas en las Redes Sociales, fue un fenómeno social en el que obraron muchos factores como los antes mencionados, pero que les pasaron de noche a las huestes lopezobradoristas, nunca se percataron de todos los signos ni tuvieron los protocolos para detectarlos y neutralizarlos. Todas sus respuestas fueron ocurrencias viscerales e ineficaces.
Ahora tienen un “momentum inverso”, en contra, que no atinan como desarticular, otra larga cadena de errores, viscerales y desordenados sumados a las condiciones adversas del contexto y el entorno los tienen “moralmente derrotados” y que los hunde cada vez mas, día con día.
La ignorancia resulta cara, la soberbia también y la ineptitud sumada a las anteriores en una derrota anunciada.
El costo de lo anterior ha sido inmenso: primero la credibilidad, luego la confianza, después el interés, en seguida el respeto… Y no los recuperarán fácilmente.
Se sintieron todólogos y muy suficientes. Los resultados están a la vista.
Haga cambios, Señor Presidente López Obrador, aún le quedan 4.5 años de gobierno, y a este ritmo las cosas ya pintan muy delicadas.
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