15 febrero, 2020
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Para que el asesinato de una mujer sea considerado como feminicidio se deben cumplir 7 factores: violencia sexual, lesiones o mutilaciones, violencia previa, relación sentimental, amenazas previas, secuestro y exposición de acuerdo con el código penal. Esto supone un freno para el combate a los crímenes impulsados por el género sexualidad.
Actualmente México enfrenta un severo problema de crímenes contra la mujer, en especial asesinatos. Es por eso que vale la pena analizar qué está pasando y por qué este problema parece estar lejos de ser solucionado, al contrario, podría incrementar.
- Un deficiente código penal: La introducción sirve para darnos una idea de lo difícil que es investigar un feminicidio en México. Y es que, de acuerdo con datos estadísticos de diferentes ONG’s, solo 1 de cada 5 asesinatos de mujeres en México son indagados como feminicidios lo que hace que las investigaciones sean realmente lentas y burocráticas.
- Argumentos sin sentido: El gobierno se ha escudado en muchos argumentos sin sentido, ridiculos para argumentar su baja efectividad garantizando seguridad a las mujeres. Desde la falta de dinero, o préstamos en línea al instante confiables para costear más efectivos e investigaciones, hasta cambios en el código penal (Léase sobre las declaraciones del fiscal Gertz Manero).
- Impunidad a todo lo que da: La impunidad en México es uno de los problemas más graves que enfrenta el país. Solo basta con ver cifras las cuales sitúan dicha impunidad en un 99%, es decir, 9 de cada 10 delitos, ya sean secuestros, robos o asesinatos, no se castigan, quedan impunes.
- La descalificación del gobierno: El mismo gobierno ha creado un caldo de cultivo para que la violencia contra la mujer sea el pan de cada día. Desde su descalificación hacia los feminicidios (léase sobre AMLO) hasta todos los puntos anteriormente mencionados hacen que más de 1,200 feminicidios en 2019 sea un día normal en la oficina.
- La sociedad no ayuda en nada: Si todo lo anterior no bastase, debemos de mencionar que la sociedad no ayuda en nada pues muchas veces, en lugar de ponerse del lado de la víctima, nos ponemos del lado del agresor. Además, también debemos de reconocer que México, en general, es un país sumamente machista.