Por Pedro Taracena Gil
De todos es sabido que el Rey, el Triunvirato PP PSOE y C’s, así como la Oligarquía Económica y los Medios de Comunicación, forman un tándem en defensa constitucional del Régimen de 78. Igual que el Movimiento Nacional quedó “atado y bien atado”, la Constitución tutelada por el franquismo está “atada y bien atada”. Es una Constitución burguesa que está al servicio de la economía de mercado. Un dogma de fe, inquebrantable. El testamento de Franco es claro: ESPAÑA ES UNA GRADE Y LIBRE. Y el 155 está para garantizar la unidad y masacrar al pueblo catalán.
Aunque son muchas las Musas del PP, innumerables los Voceros del Régimen del 78 y muchos más los Boceras del Reino, a un pueblo no se le doblega tan fácilmente. Desde el Rey hasta el último adulador de la Corte, están infectados de un odio secular.
En España hay presos políticos, los procesados están acusados de delitos inconsistentes y al final quedará sobreseído el caso. De otro modo la brecha se hará más grande.
La Constitución debe de responder a los problemas de la España del 2018. La Nación española es una mentira. Los españoles tenemos por lo menos tres banderas nacionales. Preferimos por lo menos dos sistemas políticos. Pitamos el Himno Nacional porque hay españoles que tenemos otro Himno. El Estado es plurinacional. Hay varias naciones además de la española. Los símbolos no se imponen se aceptan y se aman. El Rey se ha escorado del lado del PP, es natural, porque la Monarquía y el Partido Popular tienen su legitimidad en el sangriento franquismo. Franco, Juan Carlos I, Felipe VI. Y en el caso del PP: Franco, Fraga, Aznar y Rajoy. Dos dinastías que están haciendo mucho daño a la España de los mayores, jóvenes y a los demócratas.