Foto: Carlos Miguel Martínez
Fundador de La Colmena
REAL SOCIEDAD FOTOGRÁFICA
LOS ESPAÑOLES, TRISTEMENTE, PERO DE FORMA FEHACIENTE HAN VOTADO: ¡CORRUPCIÓN!
Los enemigos de UNIDOS PODEMOS, han acuñado el eslogan: ESPAÑA RECHAZA EL POPULISMO Y LOS RADICALISMOS. Y yo añado: Y ABRAZA LA CORRUPCIÓN.
Ni un solo voto apoyando al Partido Popular es digno de respeto. Nadie en su sano juicio va engañado a las urnas como para pensar que el PP es un partido más, porque todos sean iguales. Las políticas de recortes que todo el mundo conoce, comprende y en alguna medida ha sufrido, han supuesto auténticos crímenes legales. Los votantes del PP se hacen cómplices de la corrupción porque votan a un partido corrupto. No es una apreciación popular es una declaración judicial que ha determinado que el Partido Popular es una banda para delinquir. Una sociedad del crimen organizado. El hecho de que el candidato Pedro Sánchez denunciara en público que la decencia estaba ausente del comportamiento de Mariano Rajoy, y luego se retractara, no merma un ápice que sea verosímil que él mismo, salvando la presunción de inocencia, estuviera implicado en unos documentos (Papeles de Bárcenas) que un juez dio como verídicos, aunque no todos investigados, donde el presidente en funciones, también, cobraba en B.
Es evidente que hay sectores que están muy interesados en mantener en el poder al Partido Popular: La Banca, el IBEX-35, la Iglesia, los Caciques, los empresarios sobre todo los corruptos, la Patronal y todos aquellos que han antepuesto la ideología fanática del franquismo a la ética y la moral. La Unión Europea apoya sin fisuras al gobierno de Rajoy porque es el más dócil a la tiranía de los mercados. Todos los medios de comunicación de titularidad pública o privada están a favor de que el Partido Popular siga en el Gobierno. Las críticas a la corrupción son tímidas y las ruedas de prensa muy controladas.
Sí, los españoles han votado dos tipos de perversión, es decir, dos formas de perpetrar crímenes contra sus propios conciudadanos: Crímenes legales a través de leyes que suprimen derechos fundamentales; convirtiendo su democrática mayoría absoluta en un repugnante poder absolutista. Y la otra perversión es la corrupción sin paragón en la reciente democracia. Lejos de ser la metáfora de la manzana que corrompe a las otras de la cesta, han logrado que sea el Partido Popular como institución quien sea considerado como corrupto. Aclarando que son personas las que integran el partido. Puesto que los edificios y los dispositivos informáticos no son los que delinquen, sino los militantes y su jerarquía.
Afirmar que los españoles han votado recortes de derechos fundamentales, desigualdad y corrupción, no es una forma de insultar o de faltar al respeto a los votantes, es decir la verdad, y afirmar que los votantes del PP no son dignos de respeto porque se hacen cómplices conscientes de la corrupción, también. Todo ello con el silencio de todos los medios manifiestamente adictos. Sin excluir LA SEXTA, LA SER, EL PAÍS y por supuesto RTVE.