Probablemente la frase más estridente, no la mejor ni mucho menos, del debate de investidura, habrá sido la del nuevo pepito grillo de la democracia española Pablo Iglesias, al calificarse, él y a todos los demás diputados, como ‘potenciales delincuentes’. Así Pablo, así se empieza, reconociendo la bajeza de la condición humana cuando se deja llevar por el instinto. Todos somos potenciales delincuentes y todos somos potenciales santos, cada uno sabrá a que aspira.
De todo el debate transcurrido hasta ahora me quedo con bien pocas ideas. Mariano Rajoy, hace de la necesidad virtud y poco más, ahora está dispuesto a dialogar, es más, reconoce que está obligado a hacerlo. Destaco especialmente la definición ideológica de su PP cuando, dirigiéndose al PSOE, dice que se parecen mucho y acierta. Es muy difícil encontrar ‘por sus frutos’ alguna diferencia entre su PP y el PSOE y eso hará posible que esta legislatura no tenga por que ser breve.
EL PSOE, en boca de su portavoz, y ante el desprecio de su ex secretario que no atendió siquiera a su discurso, se distancia de Rajoy y, sobre todo, le arrea, venga a cuento o no, a Podemos. Recuerda a los de Iglesias, y no le falta razón, que es por ellos que el PSOE no gobierna en España. Fue Podemos, cuando sumaba con el PSOE, el que no quiso. Podemos, en su nueva función de discípulos ácratas de Anguita, habla del PP como de la peste y de sus frutos como del infierno, al mismo tiempo que remata cualquier idea dándole un guantazo al PSOE al que no piensa dar tregua.
No entiendo nada. El PP intentará gobernar salvando al PSOE, el PSOE intentará que gobierne el PP sin sucumbir frente a Podemos, ¿Qué hará Podemos además de boicotear al gobierno del PP culpabilizando de su existencia al PSOE y a C’s? ¿Alguien me lo explica?