Las compañías eléctricas han establecido un oligopolio creando un negocio especulativo de un bien, cuando debiera ser un sector estratégico al servicio del bien común. Pero este crimen contra el pueblo español no es nuevo. Nace en la tarde noche del 17 de julio de 1936, cuando la oligarquía reinante, los caciques, la Iglesia y el Ejército dieron un golpe de estado y derribaron el régimen republicano. Estos mismos criminales implantaron la dictadura en España, que administraron como si fuera un botín de guerra. A la muerte del criminal Caudillo de España, que lo fue por la Gracia de Dios, esta misma oligarquía implantó una Constitución al dictado de los franquistas y bajo la tutela del Ejército y la Iglesia. El perverso y corrupto bipartidismo ha sido y es cómplice de los crímenes que ocasiona la pobreza energética. Las prensa está siempre al servicio del capital oligárquico, cacique y corrupto. El Partido Popular, el Partido Socialista Obrero Español y las derechas nacionalistas y periféricas, han sido y son los adoradores del dogma de la Santa Transición. Es una vergüenza que durante el invierno de 2017 sigan muriendo gente por culpa del oligopolio energético. Mientras, el Gobierno y el PSOE, se instalan en la moderación, la centralidad, garantes de la seguridad jurídica y la huida del populismo. La abstención de los socialistas es igual de cómplice y criminal, que las mentiras apuntaladas por embustes de los franquistas del PP.