Las rentas públicas y privadas y su uso

Las rentas son proporciones económicas que una entidad concede a una persona, normalmente física y no jurídica, que por regla general están destinadas a aumentar la calidad de vida y cubrir una serie de necesidades básicas en una sociedad en la que todo, empezando por el alquiler, se tiene que pagar.

Las rentas son, por lo tanto, útiles y positivas, si bien hay muchos tipos y no todos los países y estados, es decir, no todos sus gobiernos, emiten rentas en uno u otro sentido, o ninguna en absoluto. Muchas personas sobreviven entonces gestionando minicreditos nuevos con ASNEF o haciendo uso de cualquier otra solución a medida.

No obstante, las rentas son necesarias, y sería necesario también que los y las ciudadanos/as se concienciaran sobre su uso para intentar, en la medida de lo posible, exigir una. De todos modos no sirve de nada hablar en abstracto, y es importante comprender primero qué es una renta, y de qué manera las conceden los estados y las administraciones públicas.

Para empezar, y en base a una subdivisión muy básica y entendible, existen dos tipos de renta: la pública o concedido por organismos públicos como los antes mencionados, y privada o cedida por empresas y corporaciones de titularidad privada. Nos centraremos, en esencia, en el primer grupo.

Las rentas fijas, en su mercado primario, son concedidas por el estado o por las comunidades autónomas en virtud de sus correspondientes estatutos de autonomía.

El Banco de España, organismo público estatal que controla y coordina la red de entidades bancarias a nivel nacional, y no prestaciones también privadas como los préstamos sin preguntas, se encarga de supervisar el procedimiento desde su inicio hasta su conclusión.

Ese proceso se inicia, por lo general, con subastas del Tesoro Público, dando como resultado unos instrumentos muy concretos: los Bonos y Obligaciones del Estado, y las Letras del Tesoro.

A diferencia de las rentas privadas, las públicas se destinan normalmente a servicios públicos necesarios y prácticos para todas las personas, como la construcción del edificio de una institución. Son, por ello, importantes y perfectamente legales en nuestro país.