La noticia, que muchos alaban, es que los hogares españoles por fin gastamos más con referencia al año anterior. El año 2015, alegría, alegría, gastamos más que el 2014 y es la primera vez, desde el 2008, en que esto ocurre. Curiosamente esta albriciosa subida, que muchos interpretan como ‘salir de la crisis’, está un 13% por debajo de lo que gastábamos antes de entrar de cabeza en ella. No deja de ser peculiar que el regocijo sea por gastar más, sin desmenuzar ni en qué gastamos, ni siquiera si gastamos lo que tenemos o no. Dado que la subida es de 1,4% tampoco estamos para tirar cohetes si bien, contando con que la inflación ha sido negativa, podríamos decir que gastamos en algunas cosas más.
Las familias gastan más y el Estado lleva tiempo haciendo lo mismo con un ligero matiz, la deuda de las familias baja y la del Estado sube. Una vez más las abuelas, las madres de familia e incluso los padres, administran mejor que nuestros políticos. España gasta más que Alemania y recauda para ello menos que Estonia, lo cual simplemente es alucinante y hace que nuestro déficit público siga fuera de madre.
No entiendo nada. Si como particulares, ciudadano a ciudadano y familia a familia, tenemos comportamientos económicos racionales, ¿por qué como pueblo seguimos dilapidando? ¿Alguien me lo explica?