Los avances en todos los campos, tecnología, ciencia, electrónica… son un hecho constatable, un producto innovador es un producto deseado por todos los consumidores, en mayor o menor medida. Los avances tecnológicos van de la mano del desarrollo de la sociedad.
La prioridad, es la de lanzar productos con alguna característica añadida que los haga más atractivos al consumidor que los anteriores. Es más, ese detalle añadido, convierte al producto anterior, automáticamente, en algo obsoleto. Con lo cual, nuestra prioridad es comprar ese nuevo modelo de smartphone, portátil, cámara de fotos etc que nos ofrece eso que tanto deseamos y que no lo tiene el nuestro.
Avanzar forma parte de la vida, de la sociedad, Y, los avances van encaminados a facilitar nuestro día a día, mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud. No hay más que mirar atrás y darnos cuenta que todos los descubrimientos y estudios sobre medicina, por ejemplo, han ayudado a mejorar y salvar vidas. Otro ejemplo, bastantes años atrás, no había lavadoras, impensable ahora ¿verdad?, por aquel entonces, las mujeres debían lavar a mano toda la ropa, ahora se nos estropea la lavadora y, acto seguido, ya estamos mirando que modelo y marca comprar y si la podemos tener en casa ese mismo día, mejor. Y así, la lista de ejemplos sería interminable.
Es verdad que los que tenemos más edad, a veces miramos con nostalgia el pasado. Escuchar música con el tocadiscos, tenía algo especial que ahora no lo encontramos con el Spotify. Conducir un coche que tenía lo mínimo indispensable para poder circular, pero, ese coche era nuestro tesoro, formaba parte de nosotros mismos y lo personalizábamos a nuestra manera, con esos detalles que dejaban ver nuestra personalidad, nuestros gustos. Ahora, los automóviles hacen prácticamente todo, encendido de luces de forma automática, frenar ante la presencia de un peatón, cámaras de visión para facilitar el aparcamiento y, con pitidos incluidos, por si osamos acercarnos demasiado a los vehículos estacionados, detectores de estado de somnolencia del conductor… En fin, la lista sería demasiado larga. La próxima vez que se acerquen a un concesionario con la idea de comprar un coche y comiencen a escuchar todos los extras disponibles, dudaran sobre si están comprando un coche o un robot.
Dejando a un lado la nostalgia, vamos a ser prácticos, hoy tenemos lo último en tecnología, una tecnología que mañana quedará casi obsoleta. Una tecnología que impulsa el desarrollo de nuestra sociedad. Y, nosotros los consumidores, somos, a fin de cuentas, quiénes decidimos si compramos el último modelo de samrtphone, un coche con todos los extras incluidos, un equipo de sonido que nos transporta al séptimo cielo o, por el contrario, nos quedamos con lo que ya tenemos. Son decisiones individuales, la sociedad, la moda no nos obliga, nos invita, nosotros somos los dueños de las determinaciones que tomamos.
Ambas decisiones son perfectamente válidas.
Concluyendo, supongamos que se ha lanzado al mercado el último modelo de smartphone para gozo y deleite de los consumidores de telefonía móvil. ¿Por qué no nos vamos a dar el gusto de comprarlo? O ¿por qué no vamos a seguir con el nuestro que, aunque no tenga lo último de lo último, nos sirve? Como hemos dicho, nosotros somos los que decidimos, en ningún caso, los fabricantes de móviles. En el caso de que sí queramos tener ese teléfono de última generación y nos haga falta un poco de dinero extra, tenemos los minipréstamos. Al ser un importe no muy alto, el máximo suele ser de 1.000 €, y durante un periodo no muy largo para su devolución, el coste total no es elevado. En casos puntuales, pedir un microcrédito nos puede ayudar. Son rápidos, la solicitud y contratación es 100% online y tanto nos pueden sacar de un apuro como ayudarnos a tener lo que deseamos tener por decisión propia.