El aumento de las informaciones que están siendo publicadas con respecto al caso Vivanta me hace centrarme en este asunto. Medios como DiarioYA, El Mundo Financiero, Merca2, Expansión o El Confidencial se están haciendo eco de un asunto que empieza a afectar la imagen de empresas como BNP Paribas o Ares Management. Nos ponemos en situación.
Se complica el caso Vivanta y aumenta la crisis reputacional de BNP Paribas en España. Según el digital MERCA2, el caso Vivanta amenaza con abrir una crisis reputacional en BNP Paribas en España. Un temor muy real, casi un escalofrío, que recorre a muchos de los directivos de la entidad gala, según explican fuentes del sector a MERCA2. Más si cabe al comprobar como los sucesivos golpes judiciales en distintas causas, contra su socio y principal comprador de la red de clínicas Portobello, se han cobrado la cabeza de algunos de sus ejecutivos estrella. La investigación dirigida por la magistrada Josefa Bustos Manjón busca dilucidar si Portobello manipuló las cuentas de la mercantil Health Gestión, que era propietaria de 17 clínicas de Unidental, con el fin de reducir hasta la mitad el valor de la compañía y así adquirirla más barata. Para ello, según relata la parte afectada, se valió de distintas artimañas como el incremento desmesurado de los gastos en material y en salarios a pesar de que las ventas se estaban desplomando o la inclusión en el balance de partidas que realmente no existían.
Según MERCA2, se trata de «un daño reputacional que puede llegar próximamente también hasta BNP. Así, la firma gala terminó por entrar de lleno en el lodazal judicial de Vivanta el pasado 4 de diciembre, cuando la entidad y su socio de referencia, el fondo estadounidense Ares, convirtieron su elevado volumen en capital para convertirse en propietarios de la red de clínica». Una operación que se ha intentado impugnar, con cierto éxito hasta ahora, en los tribunales. Así, uno de los socios minoritarios de la firma interpuso una demanda en la que se solicita la “nulidad parcial” de la junta que llevó a Ares y BNP a ser propietarios de Vivanta. En concreto, Portobello abría ejecutado presuntamente “una ampliación de capital fraudulenta con el objetivo de reducir la participación de dicho socio a través de la conversión en capital de préstamos no líquidos”, según el documento legal al que tuvo acceso MERCA2. Ahora, la fecha clave para el banco francés será el próximo mes de abril. Una fecha que provoca cierta tensión en BNP ya no solo por el efecto sobre el veredicto y como afecte a su reputación, sino también porque su confianza en Portobello se ha deteriorado, al entender que no le aportó toda la información correspondiente a Vivanta, explican fuentes cercanas. “En el caso del banco su reputación es todavía más sensible, dado que se le presupone una honorabilidad”, advierten desde Cyrity. En definitiva, hay demasiadas cosas en el aire y material en los juzgados de Madrid para que algunos ejecutivos duerman tranquilos.
En la imagen adjunta los socios de Portobello: Carlos Dolz, sentado a la derecha. Iñigo Sánchez Asiain, a su lado. Ramón Cerdeiras en el centro. Juan Luis Ramirez sentado a la izquierda. Luis Peñarrocha, de pie a la izquierda.
Existen varias causas abiertas en los tribunales. Lo cual supone una serie de daños colaterales a nivel reputacional, no solo a sus inversores institucionales sino también a sus nuevos socios al banco francés BNP Paribas y ARES. Estas investigaciones judiciales suponen una gran amenaza para la reputación de los inversores institucionales del Fondo IV de Portobello entre cuyos participes se encuentran BNP Paribas (2,5%), BBVA Capital Privado 2016 FCR (1,17%), Bankia pensiones (0,50%), Caixa pensiones (1,25%), Fondo de pensiones Gas Natural (0,08%) y European Investment Fund (13,33%).
Además, y según hoy mismo acaba de publicar Merca2, «Portobello se cobró generosamente sus esfuerzos por Vivanta. Así, el fondo español recibió más de 2,2 millones de euros en concepto de intereses, antes de entregar la propiedad de la red de clínicas el pasado 4 de diciembre. Una cantidad que rechina por muchos aspectos, pero principalmente por la mala situación financiera de la compañía. De hecho, meses antes recibió distintos préstamos ICO por cerca de 9,25 millones de euros que se articularon a través del Banco Santander. La inyección de dinero, con avales públicos, se recibió a finales de mayo y se dividió en dos partidas diferentes. El grueso fue a parar a la filial Clínicas Vivanta a través de un préstamo de seis millones de euros que vencía en 2024. El capital restante se destinó a la sociedad Vivanta Finance, además, en dos tramos diferentes. Uno primero de 2,5 millones y otro posterior de 750.000 euros que deberán devolverse en mayo de 2023. Además, ambos préstamos contaban con un año de carencia, aunque ahora serán dos gracias a las medidas tomadas por el Gobierno meses atrás».
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