Leo en la prensa de hoy que, con respecto a la Infanta, “en la Casa Real se plantean dos posturas: que recupere su presencia en la vida pública o esperar a que el Supremo dicte sentencia firme para recuperarla”. Espero que en la Zarzuela no cometan ese error y que esta información, como muchas que se escriben, sea fruto de la imaginación o la ignorancia de algún plumilla.
La Infanta ha sido condenada a desaparecer de la Casa Real, que no es poco. No estoy hablando de cuestiones jurídicas, sino de hechos reales. Era del todo pensable que su pena sería, de hecho, dejar de ser Infanta de España en España y que con esta condena ya no hacia falta más, dado que cualquier condena jurídica a Cristina no era solo a Cristina, sino también, de alguna manera, a la Corona y esto no le conviene a ningún país.
No sé como se ha implementado esta solución, pero para mí era del todo evidente lo que iba a suceder y así lo escribí ya mucho antes del juicio. Descubierto el comportamiento nada ejemplar, ahora condenado, de la familia Borbón-Urdangarín, la ley tenía que actuar sobre los responsables, pero sobre ellos como individuos, no sobre la Corona ni la familia Urdangarín. Dado que en el caso de una Infanta esto parecía imposible y con ella se iba a juzgar a la Monarquía, el castigo se hacia evidente: se la aparta de la casa Real y se la exime de una condena jurídica.
No entiendo nada. ¿Sería prudente que, después de la sentencia, la Zarzuela hiciera borrón y cuenta nueva en la situación ‘real’ de la Infanta? ¿Alguien me lo explica?