La presentación de los presupuestos de la Generalidad catalana, no solo ha puesto en evidencia la poca sintonía de los que auparon a Puigdemont al gobierno, la CUP no los apoya, sino que ha visualizado como el Gobierno catalán, más que quebrado, sigue haciendo de su capa un sayo gastando más, cada día, en lo que no debe.
Tal como ha denunciado la plataforma ‘Empresaris de Catalunya’ «se destina más de un millón de euros diarios a subvencionar medios de comunicación afines y a crear estructuras políticas suspendidas por el Tribunal Constitucional, como la Hacienda propia y la política exterior». Dicho en Román paladino: del dinero que no tienen, siguen gastando en lo que les da la gana. De momento el Gobierno de España calla y cede y los ciudadanos de a pie, a los que nadie nos pregunta nada, pagamos a escote.
Por si fuera poco, la Generalitat catalana presenta unas cuentas que directamente incrementan el gasto, y la deuda, en 1.300 millones de euros más, llegando a una deuda prevista para el próximo ejercicio, de 8.375 millones de euros, que tendrá que aportar el Estado, y tú y yo, una vez más. En seis años la deuda generada por los defensores de la independencia se eleva a 80.000 millones de euros.
No seré yo el que preconice que a Catalunya ni un duro, faltaría más, hay que preservar los derechos a recibir los servicios de sus ciudadanos, que bien pagan sus impuestos y son españoles, pero de ahí a seguir dejando administrar las cuentas a los que priorizan el gasto a su gusto va un mundo.
No entiendo nada. ¿Tanto cuesta aplicar lo aprobado y que sea el gobierno central el que distribuya los euros según las necesidades reales de los catalanes? ¿Alguien me lo explica?