Jorge Rueda. Almería (1943-2011)
“Realismo Fantástico”
Este apelativo de realismo fantástico, corresponde a un concepto definido por el propio Jorge Rueda, sobre su obra. Su personalidad se comienza a dibujar haciendo un recorrido siguiendo su trayectoria profesional. Trabajó como redactor gráfico en la revista Triunfo y ocupó el cargo de vocal en la Junta Directiva en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid. En palabras de Rafael Sanz Lobato, fotógrafo documentalista y creativo, ha dicho de Rueda que: “Se le considera como el primer fotógrafo POP español. Anterior a la Movida Madrileña”. Este brevísimo resumen bibliográfico pretende sobre todo ser, una pincelada del Rueda de los primeros años de su carrera.
En 1971 fue uno de los fundadores de la revista Nueva Lente, siendo su director desde mayo de 1975 a diciembre de 1979.] También ha sido comisario en los Encuentros Internacionales de la Fotografía de Arlés. En varias ocasiones dirigió los Encuentros Fotográficos en Andalucía (FOTOPLIN). Igualmente fundador y consultor artístico de “Aquí Imagen”.
En diciembre de 1971 la revista ARTE FOTOGRÁFICO, le dedica un espacio bajo el título “Notas fotográficas Madrileñas”. Y Gerardo Vielba, presidente de la Real Sociedad Fotográfica, escribe un artículo ilustrado por la Galería de Fotografías, más adelante mostradas “Las chicas de Jorge Rueda”.
Vielba se pierde en tecnicismos como la “postura dialéctico-fotográfica”, o bien, “Una supra-expresión previamente prensada” y “ensayos plásticos sobre la figura femenina”. Estas expresiones encubren y evitan la ocasión de una crónica evidente y clara, típica de los años de la todavía vigente dictadura. Para abordar el desnudo, sin complejos y prejuicios, del desnudo del hombre o de la mujer.
No obstante el entonces presidente de la Real Sociedad Fotográfica, añade: “Apartándonos hoy de ese Rueda problemático, valioso en intención y, en cierta manera, prácticamente destructivo, que está por resolver, traeremos hoy aquí, tomada de sus carpetas de trabajo, en donde abundan sus ensayos plásticos y de expresión sobre la figura femenina (algunos desnudos integrados en escenarios exteriores que construyen una de las muestras más bellas de su actitud estética), una corta serie de sus fotos más trascendentales, más ligeras; pero con ligereza de lo grato que a veces adquiere la categoría de la gracia…” Este texto de Vielba, sigue enredado en la turbia cuestión de la censura. Sobre todo cuando pretende dar apoyo a una galería de imágenes que nada tiene que ver con el desnudo, como claramente se puede observar. Sin embargo está muy acertado y su planteamiento trasciende al tiempo, cuando habla de “la historia generalizada, natural y humanística” de Rueda. Utiliza en dos ocasiones variantes de la palabra “creación”. Atribuyéndole esta categoría sobre su obra. Uno de los párrafos expresados en un barroquismo propio de quien no puede o no quiere decir lo que piensa, es una larga oración donde resaltan tres palabras, que son: “rechazo total”, “postura perfeccionista” y “una obra libre de los condicionamientos”. Jorge Rueda tiene su arraigo en la realidad española, en la perfección del mundo surrealista y sobre todo es un fotógrafo libre. Y Vielba concluye su artículo, entroncando al fotógrafo con otros fotógrafos de su universo: “Después de aquellas fotos de Oriol Maspons con apoteosis en el Photography Year Book del 64, suscitadoras entre nosotros de la referencia ‘a las chicas de…’, que luego consagró Joan Perucho respecto a las de Leopoldo Pomés en ‘La sonrisa de Eros’, creo que es Rueda el que con más eficaz sencillez y menos sofisticación se ha detenido en el tema; tema, por lo demás, espumado de una actividad aplicada. La fotografía de moda, condicionada y superada en nuestra sociedad de consumo. Sea ésta la de traer a colación sus fotos menos dialécticas al presentar a un fotógrafo dialéctico importante, una paradoja más sobre el paradójico Jorge Rueda”. Los autores del libro Historia de la Real Sociedad Fotográfica insertan en sus páginas la fotografía El hombre y el arte, realizada en 1974. Con esta imagen obtuvo el segundo premio del XIX Salón Nacional de Fotografía Artística, organizado por la propia Real un año después.
Aunque esta breve biografía se centra en su primera época, no está de más contemplar su evolución hasta llegar a su «Human». Una retrospectiva de su obra que abarca 40 años, que es el nombre de esta exposición que fue una de las elegidas para inaugurar, en Almería, el antiguo Liceo como nueva sede del Centro Andaluz de la Fotografía, y de la que el propio Rueda ha dicho que es la exposición más completa que ha hecho nunca y que refleja, en casi un centenar de imágenes, su trayectoria artística: «He colmado todas mis expectativas vitales, porque he conseguido que mis fotografías se vean en un convento, y he conseguido también ligar con una guardia civil», exclamó en conferencia de prensa el artista almeriense, quien negó casi furioso su adscripción al surrealismo, movimiento artístico del que dijo desconocer en qué consistía.
Rueda confiesa y manifiesta, cargado de razón, que él pertenece a una generación posterior a La Escuela de Madrid. Sin embargo sus orígenes están ahí entre los fotógrafos documentalistas, disconformes y en su caso prematuramente trasgresor, con la cultura imperante en esos momentos.
Es autor de los libros “Mal de Ojo”, “Desatinos” y “HUMAN”. Ha participado en eventos fotográficos nacionales e internacionales. Y sus fotografías obran en poder de muesos de España, París y Londres.
El día 17 de noviembre de 201, fallece Jorge Rueda a los 68 años de edad. Esta fue su esquela mortuoria:
Jorge Rueda, ¿punto final?
Por Manuel López
Sábado 21 de Enero de 2012
“Ha sido cumplida la voluntad de Jorge”, me comunica en un atento mensaje Eloy Rueda Muñoz, hermano de Jorge Rueda: “Los archivos, en cualquier clase de soporte”, me dice, han sido “quemados y los discos duros formateados y destruidos con una machota.”
Y ahora viene lo más escalofriante: “Las cenizas de Jorge arrojadas a un contenedor de basura y la esquela de media página como deseó”, esquela que me envía en un archivo adjunto.
“En la maleta mayor de sus archivos”, concluye, “encontramos un papel en el que figuraba el motivo por que la quema debía realizarse”. Y me copia en texto en negritas: «Para que las alimañas carroñeras que me acosaron en vida no se aprovechen de mis despojos».
Confieso que pocas veces en la vida me he visto tan conmovido como me encuentro ante el mensaje de Eloy. Le contesté dándome por enterado, al tiempo que le pregunté si quería que añadiéramos su mensaje a la noticia que en su día publicamos. “Como quieras, no tengo ningún inconveniente”, me contestó al punto.
Ni el acoso a que se exponen los creadores que se sitúan al margen de “la recta moral”, etcétera, como tampoco el “deporte” de piratear imágenes me son ajenas. Pertenezco a una generación de periodistas todo terreno que desde el fotoperiodismo asumimos la responsabilidad añadida de la edición gráfica, lo cual nos permitió pilotar un desafío profesional apasionante en los años setenta: la transición de una fotografía de prensa “autorizada”, sumisa a las órdenes de los poderes fácticos al fotoperiodismo en libertad.
En el camino nos hemos dejado la piel por que la imagen fotográfica sea más que la mera foto de la orden de encargo, una estampa recurrente o un cromo bonito. El fotero de antaño es hoy un artista profesional valorado y respetado.
¿Encantados de conocernos? En modo alguno. La valoración de la imagen fotográfica tiene todavía todo un mundo por delante hasta que, de entrada, cada ciudad cuente con una Fototeca púbica que acoja en primer lugar el legado de los autores históricos locales. El respeto a los fotógrafos no será pleno en tanto se sigan pirateando fotografías, manipulándolas o instrumentalizándolas para fines distintos de aquellos para los que fueron cedidas para su publicación en el contexto pactado en cada caso.
Conmueve la noticia de la ejecución por Eloy Rueda de la última voluntad expresa de su difunto hermano. El trasfondo no puede ser más triste. ¿Qué sería del arte si en medio de su desesperación creadores como Velázquez, Mozart, Van Gogh, Larra o W. Eugene Smith hubieran destruido sus creaciones? Pero por encima de la vigencia de la obra está la voluntad de su autor. Haber sido ser fiel al encargo del testador, aun con lo dolorosa que resulta su decisión irreparable, no merece sino una rotunda alabanza.
Ojalá ningún artista se vuelva nunca jamás a ver tan desesperado como para ordenar la destrucción de todo su trabajo. La ejecución por Eloy de la decisión de Jorge es un aldabonazo a la conciencia, pero no debería ser un punto final, sino un punto y aparte desde el cual redoblar la lucha por los derechos de los creadores de imágenes.
Destruidas sus obras, nos queda la memoria de un autor tan irremisiblemente maldito como trágicamente coherente. Descanse él en paz, la que les falte a los saqueadores del talento ajeno.
Muere Jorge Rueda
Jorge Rueda, autor irrepetible
HEMEROTECA
JORGE RUEDA
Por Pedro Taracena Gil
Periodista
https://drive.google.com/file/d/1-T4AZ7DBS2g1Kh-mMbMMXGeo8RR7fb4X/view?usp=sharing
Página Web de Jorge Rueda
EL PAÌS
Jorge Rueda
Vídeo
https://www.youtube.com/watch?v=j8k5auTGqnE
NEORREALISMO HISPANO DE LA FOTOGRAFÍA
Pedro Taracena Gil
http://neorrealismohispano.blogspot.com/
GALERÍA EN GAMA DE GRISES