Vayan por delante mis disculpas por repetir personaje; de hecho el sujeto no da para tanto; la verdad es que tampoco tiene mucha competencia para no ser el personaje, personajillo en este caso, del día.
Ayer, Homs ,compareció ante el juez Palomo del Tribunal Supremo y ,por lo que ha contado, toda su defensa consistió en hacerse el bueno: Para él, la voluntad del Gobierno catalán no era en ningún caso desobedecer al Tribunal Constitucional, era obedecer el mandato, anticonstitucional por cierto, del Parlamento catalán. Menudo argumento.
Por lo que cuenta, y ya en presencia del juez, ha actuado como era previsible, así actúan todos, con Homs el bueno, excusándose en conflictos de legalidad y afirmando, sin opción a corroborarlo con pruebas, que el Gobierno Central le hizo llegar “un mensaje de que si no había rueda de prensa no harían nada”, curiosamente hubo comparecencias públicas y rueda de prensa.
Ya en la calle, la actitud ha cambiado; ha pasado de pobre confundido a chulo y matón, aparece Homs el malo. Retó al tribunal, hablando de “sentencia dictada”; atacó a la fiscalía, llamándola “brazo armado del PP” y remató su insolencia afirmando que “políticamente” no piensa acatar lo que decida el Tribunal.
No entiendo nada. ¿Tiene algo que decir sobre legalidad el que no acata ni a la ley ni a un tribunal? ¿Alguien me lo explica?