Más allá del impacto local o nacional de la salida de España de algunas multinacionales en estas fechas, como los sonados casos de Alcoa, Vestas y Cemex, lo que sería un problema de mayores dimensiones es que estas salidas indicaran una tendencia generalizada y no sólo una cuestión de costes o competitividad en algunos sectores industriales.
Muchos se preguntan si se producirá un éxodo de España por la incertidumbre política o los riesgos regulatorios
Por eso muchos se preguntan si se está produciendo o se producirá en breve un éxodo de España por parte de otras multinacionales ante el temor que pueda generar la incertidumbre política o los riesgos regulatorios que la acompañan, algo similar a lo que está ocurriendo en Cataluña.
No existe el peligro: la inversión directa crece en 2018
Los datos no avalan estos temores ya que, aunque nuestro país necesita reformas importantes para que su atractivo para las multinacionales sea aún mayor, la inversión directa extranjera en nuestro país no sólo no está en peligro, sino que ha crecido a lo largo del primer semestre de 2018, según los datos que el analista del Real Instituto Elcano, Enrique Fanjul recoge en un artículo.
En un entorno global en el que las inversiones directas extranjeras han caído en el primer semestre en una 41% respecto al mismo periodo del pasado año, España registra un volumen de entrada de fondos extranjeros en empresas de “29.800 millones de dólares, una cifra muy superior a la de todo el año 2017 (19.000 millones). España se ha situado así como el octavo mayor receptor de inversiones extranjeras del mundo”, añade Fanjul.
Sin embargo, las multinacionales dudan de la consistencia y la orientación futura del gobierno
Pero no todo son buenas noticias. A las numerosas llamadas de atención de organismos internacionales y la propia UE sobre los factores que lastran nuestra competitividad, Fanjul añade los que señala el recientemente publicado Global Competitiveness Report 2018 del World Economic Forum entre los que destaca el epígrafe “orientación futura del gobierno”, que valora en qué medida el gobierno asegura una política estable, y si el gobierno responde con efectividad a los cambios, ó hasta qué punto el gobierno tiene una visión a largo plazo, España se coloca en el puesto 89” y en el “indicador sobre el efecto distorsionador sobre la competencia de impuestos y subsidios, España está en el puesto 106”.
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