“Felipe González no solo tiene a su pareja actual, Mar García Vaquero, y a su íntimo amigo, Jesús Barderas, en los papeles de Panamá. Otras personas muy vinculadas al expresidente del Gobierno y empresarios afines al PSOE que crearon una organización sin ánimo de lucro para la izquierda también aparecen entre los clientes vip del despacho Mossack Fonseca. Destacan Massoud Farshad Zandi, una persona muy afín a Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa, con el que tiene negocios conjuntos, y Javier Merino, marido en proceso de divorcio de Mar Flores”. EL CONDIDENCIAL
ARTÍFICES DE LA TRANSICIÓN
HÉROES O VILLANOS
DEMÓCRATAS O TIRANOS
Felipe González y Juan Luis Cebrián escribieron un libro con sus reflexiones sobre la España de la Transición, expresión del maridaje existente entre el político y el periodista. Hasta aquí nada de extraordinario. La perversión de este dúo está en que el uno fue el presidente del Gobierno y el otro el director de El País. Donde la independencia y la objetividad de información brilló por su ausencia, y sí el corporativismo y la falta de crítica y autocrítica. Esta situación fusionó el poder ejecutivo con el cuarto poder.
Escribo como exmilitante que no como exsocialista, perteneciente a una familia de honda tradición republicana que conoció el exilio, la extorsión, la humillación, el escarnio, la prisión y la muerte, en manos de los franquistas. He mirado hacia otro lado ante las fechorías de González que junto a sus aciertos están escritas en el mismo libro de la Historia de España. Es inaudito que González siga pontificando sobre lo divino y humano de Europa y del mundo, cuando su discurso queda eclipsado por el Movimiento 15-M. La declaración de principios socialistas del carnet que aún obra en mi poder, contiene el mismo populismo del que hoy acusa a PODEMOS. El PSOE se ha instalado en la mentira y sus varones la apuntalan con embustes todos los días.
Sobre Cebrián puedo constatar que he sido lector y colaborador tanto en la versión digital como en la edición impresa. El Libro de Estilo de El País, ha sido mi punto de referencia como periodismo ético y a la altura de la nueva democracia. No obstante, hace una década que descubrí que el grupo PRISA había contraído todos los vicios de la prensa española, alineada con el perverso bipartidismo, sobre todo con el PSOE. Corporativismo escandaloso, donde estaba ausente la crítica y la autocrítica. La gota que hizo rebosar el vaso fue su persistencia en mantener abierta la línea de negocio con la prostitución en sus páginas del periódico. Aquí adjunto el enlace que nos lleva a un episodio completo mantenido con la Defensora del Lector. Dejé de acudir al puesto de periódicos cuando Cebrián mintió anunciando que un grupo de tecnología punta fortalecería al grupo, cuando en realidad había caído en manos de un especulador yanqui de fondos buitre. No solamente Cebrián es el culpable de este grado de perversión, sino sus periodistas y tertulianos que han callado tanto en el diario El País como en la cadena SER, la línea de prostitución auténtica mafia legal de proxenetas, tapadera de una organización criminal. El Gobierno trató con guante blanco este tema, haciéndose cómplice de estos crímenes.
El proxenetismo de Cebrián y las puertas giratorias de González les hace ser dos ciudadanos que si bien fueron artífices de la santa y venerada Transición, la Historia les ha colocado en sendos nichos cuyo epitafio se puede leer el dilema:
HÉROES O VILLANOS
DEMÓCRATAS O TIRANOS