Conversación tranquila de @jmfrancas con Francisco Oya, profesor de Historia desde hace 34 años. Presidente de la histórica Asociación de Profesores por el Bilingüismo (@ProfesBiling). Y, este año, Coordinador de Enseñanza en Barcelona del Sindicato CSIF.
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JMF: ¿Qué es la Asociación?
Francisco Oya: Es una asociación de profesores que surgió en 1994. Estábamos preocupados por la imposición del catalán en la escuela (la mal llamada inmersión lingüística) y por la manipulación de la Historia en los libros de texto, que ya detectamos entonces. Fuimos los primeros en hablar de adoctrinamiento.
JMF: Lo de los libros, ¿no alertó a nadie del gobierno?
Francisco Oya: Preparamos informes y algún artículo. Pero entonces no había internet. Hablamos con responsables del ministerio de educación. Pero nadie estaba dispuesto a mover un dedo y la prensa no reflejaba nada de lo que pasaba. Nos escuchaban con incredulidad, como si fuéramos lunáticos que anunciaban el fin del mundo. Ahora, al menos, las cosas han cambiado por ese lado. Nadie que no sea un absoluto cínico puede negar la realidad del adoctrinamiento en la escuela catalana. Hasta hace unos años, incluso se negaba la imposibilidad de escolarizar a los niños en lengua española. El cinismo era espectacular.
JMF: ¿Entiendes que ahora sea noticia algo que en 1994, y antes, era ya un hecho?
Francisco Oya: Antes no deseaba nadie reconocer ese hecho. Ni los políticos ni la prensa. El pacto era que los nacionalistas catalanes podían hacer los que quisieran en su cortijo particular (Cataluña) mientras apoyaran en el Parlamento de Madrid al partido que tuviera mayoría en aquel momento. Así el separatismo iba acumulando fuerzas y culminando poco a poco un proceso de ingeniería social. Pero, cuando han pretendido la ruptura definitiva, la parte sana de la población de Cataluña reaccionó. Y se cayó la venda voluntaria que prensa y políticos tenían. Aun así, la clase política que ha gobernado España durante los últimos 40 años, formada por PP y PSOE, ha demostrado que no está dispuesta, pase lo que pase, a tomar medidas eficaces.
JMF: De hecho a pesar del revuelo en la prensa no hay hecho nada, como entonces… Yo hace años se de informes mandados al ministerio…
Francisco Oya: No hay más que ver la vergonzosa actitud de los dos últimos ministros de educación, uno del PP y otro del PSOE, a cuenta del informe encargado por el MECD. La beligerancia contra un movimiento de secesión, supremacista e impresentable desde cualquier punto de vista, no entra en las coordenadas mentales de esta clase política. Y tendrá que ser relevada inevitablemente, cuanto antes mejor. España no puede permitirse esperar mucho. Efectivamente, todo lo que hay que saber sobre los libros de texto hace años que se sabe. Lo que hay que hacer ahora es actuar.
JMF: ¿No han visto las orejas al lobo?
Francisco Oya: Si, pero les da igual. Son políticos que sólo aspiran a mantenerse en el poder pase lo que pase. Su horizonte mental no va más allá de las próximas elecciones. Y si tienen que elegir entre su partido y su país, eligen el partido.
JMF: Pero la sociedad ha reaccionado, en Cataluña y fuera…
Francisco Oya: Eso ha sido muy positivo. Pero la reacción aun no ha llegado a producir el relevo de la clase política, que pasa inevitablemente por la desaparición de la escena de PP y PSOE. En el caso de C’s, fue un partido que surgió en Cataluña, precisamente para hacer frente a esa situación. Con algunas contradicciones y sin forzar para nada la mano de Rajoy cuando pudo hacerlo, ha mantenido un discurso aceptable, que espero no se diluya si alguna vez toca poder. VOX, a pesar de no tener representación, ha hecho un papel extraordinariamente positivo, poniendo demandas incansablemente. Los sondeos le dan representación en las próximas elecciones, lo cual sería muy saludable para España. Porque un sólo partido, por claras que tenga las cosas, no puede asumir el coste de cerrar todas las puertas a los separatistas. Con C’s y VOX teniendo una buena representación, el panorama empezaría a cambiar. Pero falta aun la tercera pata, la de la izquierda. Ahí no parece que pueda surgir, en el momento presente, un partido jacobino, que ponga por delante de las miserias regionales la idea de Nación, que es un concepto surgido de la izquierda, por lo demás. Es inconcebible que la izquierda española sea la única del mundo en atacar su propio país y el concepto de patriotismo cívico. Hay pequeños grupos que podría articular una nueva izquierda patriótica, como el que encabeza Enric Martínez Herrera, que se escindió de Podemos cuando vio que no era posible cambiar su linea oficial. Pero todavía esta izquierda proespañola y jacobina no ha salido de la fase de grupúsculo. Si consigue eclosionar, las cosas empezarán a cambiar de verdad en este terreno.
JMF: Lástima que UPYD este tan floja…
Francisco Oya: Su momento pasó, lamentablemente. Hubiera podido encarnar esa izquierda española necesaria para este momento histórico. Pero de nada sirve que nos pongamos a llorar como magdalenas. Si se frustró ese proyecto de partido, hay que montar otro. Los partidos pueden ir cambiando, no son importantes en si. Lo que importa es la Nación.
JMF: Necesito que me resuelvas una duda, cuando uno ve a los propios políticos catalanes hablar en castellano, da pena. ¿Cómo puede ser que se diga que es un hecho incontrovertible que los niños en Cataluña son plenamente bilingües?
Francisco Oya: Si se reconociera que el nivel de lengua española producido por la inmersión es penoso, tendrían que aceptar que se tienen que producir cambios. Y no están dispuestos a hacer ni la más mínima concesión. El binomio inmersión-adoctrinamiento es intocable para los separatistas. Al principio, como te decía, negaban con absoluto cinismo que fuera imposible la escolarización en castellano. Ahora, niegan que con el sistema actual sea imposible un nivel culto de lengua española. La teoría es que, con la inmersión, aprenden castellano catalán a la vez. Si eso fuera cierto, sería auténtica magia. Pero ya puedes demostrar lo que quieras y exponer hechos incontrovertibles: nadie los va a mover de ahí.
JMF: Pero cuál es la realidad, de bilingüismo y dominio de dos lenguas, ¿nada de nada?
Francisco Oya: Los chicos catalano hablantes no pueden llegar a adquirir un alto nivel de lengua culta en castellano. Y los castellano hablantes, tampoco. Salvo aquellos a los que sus dotes personales los llevan a superar cualquier dificultad. Los menos dotados, nunca. ¿Por qué crees que la clase política se niega a desarrollar unos exámenes de estado al final de cada etapa, iguales para toda España? Porque así sería posible establecer cual es el verdadero nivel y hacer una comparación por provincias. Y los resultados, previsiblemente, serían aterradores. Ahora, en cambio, son capaces de afirmar, con el mayor de los desparpajos, que los alumnos catalanes tienen un nivel de lengua española superior a los de Burgos o Salamanca. Y se quedan tan anchos.
JMF: Eso aseguran y nadie lo pone oficialmente en duda… ¿Realmente en qué consiste la inmersión catalana?
Francisco Oya: No existe tal. La inmersión es un sistema de aprendizaje de lenguas al que se someten voluntariamente los alumnos o bien sus padres. Hay unas condiciones para que tenga éxito: el niño debe valora su propia lengua materna, esta tiene que estar asentada y la inmersión en otra lengua rara vez es al 100 %. En el caso de que los resultados no sean adecuados, se suspende la inmersión y el niño vuelve a escolarizarse íntegramente en su lengua materna. En Cataluña lo único que existe es una imposición del catalán a todo el alumnado, pasando por encima de los deseos y las necesidades de los alumnos. Algo increíblemente injusto y demencial, que no se da en ninguna parte del mundo. En ningún país sucede que sea imposible escolarizarse, en la escuela pública, en la lengua oficial del Estado. No digamos si esta es, como en el caso de la lengua española, una de las más importantes del mundo.
JMF: ¿Sobra el Español, de hecho, en Cataluña?
Francisco Oya: Para la clase política del separatismo, es evidente que sobra. Si pudieran, la eliminarían de un plumazo. De hecho, ha ido siendo expulsada del espacio público de un modo continuado desde los inicios de la Transición. Pero la ciudadanía ha empezado a hacer una reacción apreciable, como comentábamos antes. No hay otra salida que continuar por ahí.
JMF: Y de derecho, en la legislación autonómica, ¿también sobra?
Francisco Oya: La legislación autonómica siempre bordea la exclusión total, la prohibición de la lengua española. No se atreven a proclamarlo abiertamente, pero es el objetivo indudable. Si tuvieran el poder absoluto, lo impondrían desde el primer momento.
JMF: ¿La lengua ha sido la puerta para lo demás?
Francisco Oya: La lengua ha sido el instrumento para que una oligarquía supremacista imponga sus intereses. En contra de la gran masa de la población catalana y, por supuesto, del resto de españoles. Aspiran a conseguir un sistema similar al cupo vasco, en el que el Estado paga y no pregunta. Una independencia en la práctica pero subvencionada por el resto de españoles. De hecho, fue lo que solicitó Mas en su entrevista con Rajoy que dio origen al baile actual.
JMF: ¿Qué solución ves al problema del independentismo en Cataluña?
Francisco Oya: Hay muchas cosas que se pueden hacer. Yendo de lo menos a lo más, hay que potenciar la Alta Inspección y reservarle en exclusiva la facultad inspectora del sistema educativo, una autorización previa de los libros de texto por parte del Ministerio, terminar con el sistema de inmersión y recuperar las competencias educativas (siquiera parcialmente) por parte del Estado. Podría implementarse una doble red, como en la época de la IIª República: una red del Estado en español (con el catalán como asignatura) y otra de la Generalitat en catalán (con el español como asignatura), y la posibilidad de un sistema bilingüe. Cambios legislativos para exigir un 3 % de votos en todo el territorio nacional como mínimo para tener representación en el Congreso, en la linea que propuso Cs. Cambio de la ley electoral para evitar que un diputado en Barcelona cueste el doble de votos que en Lérida. Cambios en la Constitución, especialmente en el título» VIII. Eliminar el concepto de «nacionalidades», quitar los privilegios vasco-navarros y explicitar que nadie estará obligado a utilizar otra lengua que la española en el territorio nacional (como establecía la Constitución de 1931). Pero, sobre todo, que surja una nueva clase política que promueva una democracia militante y beligerante contra el más mínimo conato separatista. Esto último sólo puede lograrse con la movilización de la ciudadanía. Todo lo demás vendrá por añadidura. En fin, esa es mi carta a los Reyes Magos.
JMF: ¿Intuyes voluntad política para hacer algo de esto?
Francisco Oya: La clase política actual no tiene esa voluntad. Pero podría verse obligada a moverse si intuye que su supervivencia está en juego.
JMF: En Cataluña, ¿los sindicatos de clase son nacionalistas?
Francisco Oya: En en terreno de la enseñanza, que es el que más conozco, la respuesta es un absoluto SI. Hay un auténtico nacional-sindicalismo por parte de los sindicatos mayoritarios: USTEC-STES, CCOO y UGT. De hecho, cuando hay un conflicto entre un funcionario y la Generalitat a cuenta de presencia de símbolos políticos en el espacio público, coartar la libertad de cátedra, etc. se ponen de parte de la administración contra el funcionario. En definitiva, a favor de la patronal y en contra del trabajador, algo verdaderamente estupefaciente, el mundo al revés. Mientras tanto, seguimos sin recuperar nuestras pagas extras atrasadas, la administración catalana está demasiado ocupada con el ‘procés’’ y los nacional-sindicalistas no desean molestar. No hay ningún sindicato con representación que esté dispuesto a respaldar a los funcionarios constitucionalistas, salvo CSIF. Lamentablemente es así. También aquí tenemos muchísimo trabajo por delante.
JMF: En fin… El oasis es muy poco oasis. Gracias Francisco, un abrazo y hasta la próxima.
Francisco Oya: Gracias a ti, José Mª.
JMF: Gracias a ti por lo que haces.