FELIPE VI Y EL CASINO DE MADRID

EN 1836, cuando un grupo de jóvenes románticos y progresistas, cansados de tanta exaltación política, decidieron encontrar un lugar tranquilo donde poder reunirse en paz y armonía, se estaba dando el primer paso de lo que con el tiempo llegaría a ser el Real Casino de Madrid

Antes de abordar el tema central de este breve análisis, es preciso utilizar algunos conceptos para situarnos en el mes de mayo de 2021. En España la institución monárquica ha sufrido su propia travesía del desierto. Monarquía Absolutista, Monarquía Liberal y Monarquía Parlamentaria. Con la Constitución Española en la mano, el Rey no solamente reina, pero no gobierna, sino que su figura es inviolable. Tampoco dispone de Corte Real ni de Consejeros Reales. Pero sí tiene potestad para conceder títulos reales inherentes a la Corona de España. Por obra y gracia del Rey de España se ha concedido el título de Real al Casino de Madrid.

Tomando como referencia el enunciado que justifica la creación de tal institución, encontramos sobrada explicación en la Real Academia Española: “Sociedad de recreo. Asociación formada por los adeptos a un partido político o por personas de una misma clase o condición. Casino liberal, agrícola, militar. Sociedad de hombres que se reunía para conversar, leer, jugar u otros esparcimientos”.

Antes de hacer un juicio de valor o dar simplemente mi opinión de periodista, se me ocurre exponer, si el Gobierno que refrenda los actos del Rey, debiera establecer si una institución como el Casino de Madrid, debe ligarse a la Corona de España, aunque sentimentalmente haya sido muy monárquica.