EL DECÁLOGO PERVERSO
Por Pedro Taracena Gil
1. LA AUSENCIA DEL “ESTADO DE DERECHO” DEL REINO DE ESPAÑA
2. LA DECADENCIA DE “LA MONARQUÍA” ESPAÑOLA
3. LA PROSTITUCIÓN DE “LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN”
4. “LA CORRUPCIÓN” DE LA CLASE POLÍTICA
5. LA AUSENCIA DE “SEPARACIÓN” DE LOS TRES PODERES DEL ESTADO
6. LA “POLITIZACIÓN” DE LA JUSTICIA Y LA “JUDICALIZACIÓN” DE LA POLÍTICA
7. LA PUTREFACCIÓN DEL “RÉGIMEN DEL 78” POR EL FRANQUISMO IMPERANTE
8. “LA ULTRADERECHA” EN BOGA
9. “LOS SINDICATOS” SERVILES Y EL CAPITAL ESCLAVIZANTE
10. EL AVANCE DE “LOS SECESIONISTAS”
Todos estos títulos constituyen el resultante de más de 80 años de la España, preñada de anomalías provocadas por la Oligarquía, el Ejército, la Iglesia, los Caciques y el fascismo español, bajo la denominación de Falange Española Tradicionalista y de las JONS.
El pueblo español está indefenso. El Régimen del 78 ha amordazado al pueblo, le ha sumido en una amnesia general y ha conseguido hacer de los españoles un “pueblo paria” a la cola de Europa, humanamente hablando.
¿Cómo es posible que nadie: intelectuales, catedráticos, escritores, científicos, profesionales, economistas, filósofos, ecologistas, abogados, constitucionalistas, especialistas en derecho internacional… Nadie, abogue por defender al pueblo español de los crímenes perpetrados contra los derechos fundamentales del hombre.
LA TELEBASURA
Los Medios de Comunicación privados y de titularidad pública, disfrutan de todos los vicios posibles en la España que es Una Grande y Libre. La prensa no conoce la crítica al poder y mucho menos la autocrítica. Todos son dependientes del mismo amo. A todos les financia el mismo dueño, la Oligarquía Financiera, el Oligopolio, la Patronal y los Caciques. El corporativismo les protege de cualquier crítica. Cuando con mucha frecuencia faltan a la verdad, solamente los jueces les obligan a rectificar. El Franquismo y el nacionalcatolicismo, mantienen la tutela de que nadie toque ni una coma de la Constitución. La Iglesia vigila la moral y el Ejército la sacrosanta unidad de España. El Gobierno de turno restringe derechos de los españoles cometiendo crímenes legales, pero crímenes reales, a la postre. Una pléyade de impostores del periodismo: Voceros del Régimen del 78, Boceras y Aduladores del Reino, Tertulianos bien pagados, incultos y ávidos para la mentira y sin olvidar, las Musas del Franquismo y del Nacionalcatolicismo. Todos estos secuaces, garantizan el “estado del bienestar” del cual disfrutamos los españoles.
Cada día crean el NODO de propaganda del neofranquismo. Son auténticos defensores de la Constitución, aunque hayan prostituido el derecho a la información veraz. Todos mantienen la farsa de confundir lo legal con lo justo y lo legal con lo legítimo. Todos saben que con la legalidad se cometen a diario crímenes contra los derechos de los españoles. La TELEBASURA no es patrimonio exclusivo de TELE 5. No, todas las cadenas nos presentan mañana, tarde y noche, auténtica carroña. Ana Rosa Quintana, Susanna Griso, Ferreras, Mamen Mendizábal, sin olvidar el Objetivo de Ana Pastor y la Sexta Noche de Iñaki López. Siento vergüenza ajena de todos ellos. El esperpento periodístico se consuma cuando el capitán del sarcasmo, exclama: ¡Más periodismo! Para calificar la carroña de Ferreras, Inda y Marhuenda.
LA INFORMACIÓN Y LA PUBLICIDAD
El colmo de la desfachatez es cuando el periodismo se funde con la publicidad. El periodismo es en esencia, la verdad. Sin embargo, la publicidad es la mentira con apariencia de verdad, es decir, información engañosa. Las estrellas y los astros de la pantalla, animadores de cualquier naturaleza, han perdido el pudor y yo diría que, hasta la vergüenza; pasando de ser impostores del periodismo, de las tertulias y presentadores, para fusionarse con la publicidad en el mismo tiempo y espacio. Con total ausencia de ética profesional. Es verdad que, para traspasar la frontera de la verdad de su información a la mentira de la publicidad, estos elementos televisivos, no necesitan traspasar el umbral de la ética porque nunca llegaron a ella.
Uno de estos impostores de cualquier naturaleza de periodismo, comenzaba su spot publicitario diciendo que: “El periodista dice siempre la verdad y que por este motivo debe de ser creído a la hora de establecer las virtudes del producto publicitado”. Ignoran a propio intento que la publicidad se pone en escena con actores y con un guion establecido por el publicista. Sin embrago, un guion informativo contiene la verdad de la actualidad y un spot publicitario es una mini farsa. Más aún, debe ocultar la verdad que pueda disminuir su grado de aceptación. Es inmoral que la información tome parte del mismo paquete carroñero. A los canales de TV no les importa que se prostituya la información fusionada con la publicidad en el mismo espacio y tiempo, por los mismos protagonistas, sin descomponer su figura. El circuito perverso se cumple a la perfección.
CONCLUSIONES PROVISIONALES
Estas premisas no esperan estar listas para sentencia, porque a la Información como derecho constitucional en España, no ha llegado ni tampoco se la espera. Los tres poderes totalmente contaminados y podridos del Estado, sostienen al cuarto poder que se ocupa de la propaganda del Régimen del 78.
La Oligarquía sostiene a los Medios de Comunicación para que divulguen las virtudes y grandezas de la Transición. Con 7 rayas rojas infranqueables:
1. No crítica a la Familia Real. Más aún adulación permanente para silenciar sus fechorías.
2. Jamás procesar al Gobierno porque el Fiscal General del Estado, lo es del Gobierno de turno y está a su servicio.
3. El Rey y el Gobierno son inviolables, aunque la Constitución solamente otorga la inviolabilidad al Rey.
4. No criticar la Oligarquía Financiera. Ésta apoyó el golpe, la guerra civil, la dictadura y el régimen del 78, derrocando la República e instaurando a los Borbones en el Trono de España.
5. Mantener impune el Genocidio franquista.
6. Seguir con la Alianza Trono Altar garantía del nacionalcatolicismo.
7. Elevar a Credo de Nicea la Constitución Española. Atada y bien atada como las Leyes del Movimiento Nacional, juradas por Juan Carlos I
Como dirían los impostores del periodismo: “Mañana más periodismo”.
