Conversación tranquila con Iván De Vargas, Periodista que sigue la actualidad de Oriente Próximo.
Yo: Iván, quería preguntarte sobre el referéndum, pero no el catalán sino el Kurdo. ¿cómo lo ves?
Iván De Vargas: Los kurdos aspiran a tener su propio Estado desde siempre, pero la decisión de convocar un referéndum de independencia de forma unilateral en Irak ha sido criticada por el grueso de la comunidad internacional, y en la zona principalmente por Turquía. Un Kurdistán independiente provocaría graves desequilibrios en Oriente Próximo. Los únicos que han apoyado de manera oficial el plan secesionista son los israelíes. Incluso EEUU, ha afirmado que es inoportuno. Por su parte, Irak ha dicho reiteradamente que el referéndum impulsado por el presidente de la región del Kurdistán, Masud Barzani, es inconstitucional y contrario a los intereses del país. La prioridad ahora es expulsar al Estado Islámico de los territorios que aún controla.
Yo: Tu conoces Oriente Próximo de primera mano, vas allí con frecuencia. ¿cómo está la zona?
Iván De Vargas: La situación de Oriente Próximo se caracteriza por una sucesión de guerras y conflictos que no se pueden explicar aisladamente. Palestina, Irak, Líbano, Egipto, Siria… El principal beneficiado por esta inestabilidad es Israel, que aspira a tener a su alrededor países frágiles que no amenacen su seguridad.
Yo: Cuál es la causa última y común, si la hay, de estos conflictos?
Iván De Vargas: ¿Qué está detrás de la ola de violencia en Oriente Próximo? Detrás del estallido de violencia que azota a todo Oriente Próximo está Israel y su deseo de debilitar a los países árabes. El conflicto árabe-israelí es un elemento clave en todo lo que está pasando en la región.
Yo: Pero Iván, se matan entre árabes ¿no?
Iván De Vargas: Te refieres que los árabes de religión musulmana se matan entre ellos? Ese es otro asunto. Lo llevan haciendo desde hace 1.300 años. Suníes y chiíes combaten entre si desde que murió Mahoma. La cuestión religiosa es tangencial en los actuales conflictos en Oriente Próximo. Los medios de comunicación han pretendido vendernos esta historia… Basta analizar las diferentes alianzas que han surgido a lo largo de estos años en la lucha contra el Estado Islámico para darse cuenta que no es así… Lo que subyace detrás de todo lo que estamos viendo son intereses políticos y económicos. ¡No hay un conflicto religioso!
Yo: ¿Ni siquiera entre Islám y Cristianismo?
Iván De Vargas: El plan es dividir Oriente Próximo y vaciarlo de cristianos. Se trata de un conflicto alimentado desde afuera para sembrar el caos en Siria y en todos los países de Oriente Próximo.
Yo: ¿Ikaq y Siria son tal para cuál?
Iván De Vargas: Ciertamente, hay inquietantes similitudes: la manipulación informativa, la ilegalidad en la agresión… Los parecidos entre la crisis en Irak y Siria son siniestros. Sería largo de explicar, pero en Siria se ha repetido un guión muy parecido al de hace 15 años en Irak.
Yo: ¿Acabará Siria como Iraq siendo un estado casi fallido?
Iván De Vargas: La situación en Irak no tiene fácil solución. En el caso de Siria, soy más optimista. Para empezar, el Gobierno sirio está ganando la guerra y parece que a los perdedores no les va a quedar más remedio que aceptar su derrota. Es trágico que hayan tenido que pasar más de 6 años de conflicto, para que se asuma que el pueblo sirio tiene derecho a elegir su destino. En Siria, la opción que está en juego es un Gobierno aconfesional o los Hermanos Musulmanes. La gente tiene claro que quiere seguir como estaba antes de la guerra. La otra opción les asusta. Es por eso que hemos visto imágenes de civiles abrazando a los soldados del Ejército gubernamental, una vez que sus pueblos eran liberados de los yihadistas. En Siria no ha habido una guerra civil. Ha sido una intervención extranjera con unas consecuencias dramáticas para la población civil. Siria ha luchado para derrotar al terrorismo internacional de corte islamista.
Yo: Gracias Iván, seguiremos esto, desgraciadamente, da para mucho.
Iván De Vargas: Si Dios quiere, pronto terminará todo en Siria.
Yo: Qué Dios te oiga, sin él no acabará nunca.