El tedio político de las nuevas generaciones

Mucha gente aboga por un cambio estructural en la política española. Para muchos ciudadanos, el problema del panorama político, económico y social de España nunca ha sido un partido...
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Mucha gente aboga por un cambio estructural en la política española. Para muchos ciudadanos, el problema del panorama político, económico y social de España nunca ha sido un partido concreto.

No se trata de sostener una guerra abierta, simplista y polarizada entre la izquierda y la derecha, sino comprender que, más allá de la vieja guerra entre el progreso y la tradición, existen problemas materiales, necesidades vitales básicas que muchas personas en nuestro país, especialmente jóvenes, están sufriendo en sus propias carnes.

No podemos despreciar la mala salud mental de las nuevas generaciones, ni la realidad de que mucha gente en España se ve obligada a sobrevivir solicitando créditos onlnie con ASNEFo haciendo horas extra en trabajos mal pagados.

La precariedad, el desempleo, un futuro incierto y la inmensa cantidad de problemas de discriminación a los que se enfrentan numerosos colectivos, son algunos de los motivos por los que la ansiedad es la terrible compañera de infortunios de muchas personas menores de treinta años.

Para nuestros padres, era normal conseguir un trabajo para toda la vida, al menos, enfocado hacia un buen futuro. Era relativamente fácil formar una familia, y la idea de éxito se traducía en comprarse un coche y solicitar un crédito para la hipoteca de nuestra futura casa. Parece la vida ideal, la vida tranquila y estable que todos necesitamos.

Por supuesto, existía en medio de una burbuja inmobiliaria que, tarde o temprano, acabó estallando.

Mucha gente mayor, inconsciente de las auténticas problemáticas de vida que sacuden a los jóvenes españoles por culpa de un neoliberalismo disfrazado de capitalismo suave, no comprenden que las personas de las nuevas generaciones no son «vagas», no «lloriquean» y no quieren «chupar del bote».

Desean una casa, no pagar un alquiler o compartir piso indefinidamente. Desean que el gobierno entienda el problema del cambio climático, y que es preferible un transporte público gratuito a vender coches como modelo de éxito social. Desean comprender y hacer comprender los problemas de las mujeres y de las minorías, apartadas y marginadas. Desean, en otras palabras, cambiar el mundo.

Nuestro actual gobierno haría bien en reflexionar sobre ello.

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