Rajoy y los pastores
El actual inquilino de la Moncloa, se aprovecha como ninguno otro de sus predecesores, de la dependencia jerárquica de la fiscalía. Los padres y amantes de la Santa Transición, interpretaron de forma torticera el artículo 124 de la Constitución. Convirtiendo de forma fehaciente el Ministerio Fiscal, el Fiscal General del Estado, en Fiscal General de Gobierno. Solamente la voluntad de manipular a la fiscalía en beneficio propio, justifica que este artículo no sea interpretado de acuerdo al espíritu constitucional. Y como consecuencia cambiar la ley.
El poder de todo signo tiene dos puntos de apoyo para ejercer de forma más o menos velada, el despotismo sobre el pueblo. En principio la mentira. La mentira continuada apuntalada de embustes, es una buena herramienta para engañar a la gente. Y sobre todo alcanza su mayor eficacia si dispone, como es el caso español, de unos Medios de Comunicación incondicionales al servicio del poder político y la oligarquía de siempre. Y el segundo pilar es utilizar el cumplimiento de la ley con respeto a la legalidad vigente, sobre todo, si esta ley justifica sus desmanes y se saca provecho de ello. Olvidando adrede que hay otras leyes que su incumplimiento por parte del Gobierno, debería obligar al Ministerio Fiscal a llevar ante los tribunales de justicia, a ministros y funcionarios y al propio presidente del Gobierno. Porque no todo lo legal es justo y tampoco todo la legalidad tiene arraigo de legitimidad.
La legislatura de Rajoy ha sido y seguirá siendo, el periodo de los crímenes legales. La desigualdad, la muerte por los recortes en Sanidad, la pobreza energética, la negación de la educación a los españoles, la falta de investigación científica y los desahucios. Sobre todo los crímenes, éstos ilegales, que se han cometido desviando cantidades ingentes de dinero público, hacia los políticos y empresarios corruptos. El partido Popular es una mafia organizada para delinquir. El propio Rajoy está en los sumarios donde la justicia está encontrando también verosímil, que las líneas donde consta que él cobraba sobres de dinero en B, son presuntamente verídicas.
Es mi deseo hacer un símil entre el comportamiento de los pastores y Rajoy. El pastor que apacienta el rebaño hacia el aprisco, insta al perro para que arree a las ovejas. El perro pastor las obliga a cumplir la orden de su dueño. Que ninguna se salga del redil marcado. El parco, terco y torpe pastor que nos intenta gobernar sin lograrlo, imita al pastor cuando las ovejas del aprisco catalán, intentan salirse del redil, estando obligadas a permanecer en él.
Este personaje siniestro fiel al testamento de Franco, de que ESPAÑA ES UNA GRANDE Y LIBRE, utiliza la hipocresía del cumplimiento de la ley, para zafarse de cualquier implicación en una posible negociación política. Opta cobardemente a achuchar al fiscal para que otros, los jueces, le saquen las castañas del fuego. Criminalizando la conducta no legal pero sí legítima de los catalanes. Ignora que los catalanes del siglo XXI, no son los corderos apacentados en los años de la Transición, por el clan de caiques de Los Pujol y Cía. Con la complicidad del los caciques históricos de la Villa y Corte de Madrid. Felipe González y sus secuaces. Barones y baronesas, líderes y lideresas de la nefasta coalición bipartidista PP-PSOE. Adoradores todos ellos de la Santa Transición.