Fotos
Rafael Sanz Lobato
PRÓLOGO
Treinta y seis hombres rectos…
Este breve prólogo sobre el Ensayo « El Neorrealismo Hispano » de Pedro Taracena Gil, pretende felicitar y agradecer a su autor, el esfuerzo , generosidad y voluntad de hacer justicia, catalogar y situar en el lugar que corresponde, a grandes fotógrafos injustamente olvidados, y censurados, muchos de los cuales todavía hoy viven en el olvido, los que viven, pese a haber realizado un trabajo excepcional por su profesionalidad, innovación y contenido, que representa y da imágenes de un tiempo de nuestra historia reciente. El Ensayo tiene como objetivo tres metas concretas: Reivindicar el movimiento fotográfico del Neorrealismo en España, perfectamente documentado en el cine, en la literatura o en la pintura de la misma época, conseguir el reconocimiento de La Escuela de Madrid en su totalidad, e integrar, reivindicar y reconocer la calidad y en consecuencia el pleno derecho de pertenecer a este movimiento, a los fotógrafos del colectivo La Colmena, discriminados principalmente por razones ideológicas, de acontecimientos importantes en el campo de la fotografía a nivel nacional e internacional. Es conmovedor leer el texto que Carlos Miguel Martínez (Madrid 1925) escribe sobre su experiencia y la de sus 9 compañeros, desenterrando hechos a través del túnel del tiempo, que casi sin saberlo marcarían el futuro de sus vidas. “Nueve hombres que sin tener una idea premeditada, salieron a reflejar los fines de semana con sus modestos equipos fotográficos, la imagen de una Castilla pobre y dolorida, de una España de la post guerra, marcada por una contienda cruenta y un pueblo todavía trazando surcos con el arado romano”. Es admirable la generosidad con la que este colectivo de “amateurs en el sentido de amante, amador”, se enfrentó a la dura época que les tocó vivir, y por tanto loable que se realice un trabajo de investigación y recopilación de información y material de estas características, que países como Francia, o Italia tienen inventariado y realizado desde hace muchos años, y forma parte de manera natural, de su patrimonio cultural y de su memoria histórica. Este Ensayo nos acerca a una España oculta, a veces dura, otras divertida y entrañable, tan “real” (probablemente este sea el origen del nombre de Neorrealismo Hispano), como la sobredimensionada España oficial, que somatizó a tres generaciones: la de nuestros abuelos, la de nuestros padres y la nuestra, pues sin darnos mucha cuenta, nuestra infancia y juventud transcurrió sumergida, en este soma panfletario.
El Neorrealismo Hispano nos dice Taracena, surge principalmente en Catalunya y Madrid origen de las respectivas “escuelas o tendencias”, no por la formación que se diera en cada una de ellas, que no existió pues todos eran autodidactas, si no por el espíritu que las animaba. La Escuela de Catalunya, representada por la Agrupación Fotográfica de Catalunya y la Escuela de Madrid, con dos grupos a su vez tan diferentes como, la Palangana y la Colmena que surgen en torno a la Real Sociedad Fotográfica que aglutinaba todo lo que ocurría en torno a la fotografía en Madrid.
Este Ensayo aparte del valor documental y la gran cantidad de fotografías que contiene, tiene un valor excepcional por varias razones, la primera de ellas y más importante, ilusionar y tomar conciencia del valor de su obra a los propios protagonistas, algunos de los cuales desafortunadamente ya no están entre nosotros y no disfrutarán del merecido renacimiento de su obra; en segundo lugar permitirnos tomar conciencia y hacernos disfrutar a nuestra generación y a generaciones futuras de este inmenso trabajo prácticamente inédito, cuyo valor aumenta según van pasando los segundos.
No puedo acabar este prólogo sin mencionar a Vicente Nieto Canedo (1913-2013) el más veterano de los fotógrafos citados en el Ensayo, que me permito erigir en representante de sus colegas y que es sin duda uno de los afortunados de esta maravillosa aventura de recuperación y dignificación iniciada por Pedro Taracena, aventura que ha sido posible no solamente gracias al ensayo que nos ocupa, sino también gracias al trabajo de organización y coordinación que Taracena ha realizado entre instituciones y personas, y que felizmente, al cabo de los años ha dado su fruto.
Vicente Nieto Canedo, querido tío abuelo, miembro entrañable y pieza clave en la vida familiar desde que yo soy consciente de ello, ha dejado en mi espíritu un entrañable recuerdo de mi infancia con su imagen siempre ágil y tierna, provisto indefectiblemente de su cámara y su fotómetro, y dando instrucciones a todos “Poneros allí, moveros un metro a la izquierda, “siempre a la izquierda” esperad que pasen esas nubes, colocaros debajo de ese árbol”. No olvidaré jamás esa foto de comunión en la que Vicente me dijo: “niño siéntate en ese banco y no te muevas”. Curioso banco e imagen contradictoria, que reúne la inocencia de un niño, con un cartel sobre él, que dice Juzgado de Guardia. Curioso banco, pues el banco en cuestión estaba situado en el interior de los Juzgados de Guardia de la Plaza de las Salesas de Madrid, los mismos juzgados en que Baltasar Garzón, que por aquel tiempo debía tener un año más o menos que yo, años más tarde defendiera las causas justas contra los horrores del franquismo. Situación comparable a la del astuto fotógrafo, que años antes fuera censurado y perseguido. Confiemos en que la sensatez y él tiempo, que no perdona, ponga las cosas en su sitio; véanse las fotos de su reciente exposición y catalogo en el Palacio Episcopal de Salamanca, sede por cierto antaño del Cuartel General de Franco, y que afortunadamente hoy sirve a otros fines mas humanos. Véase también la reciente donación de Vicente Nieto, de 5.000 negativos al Ministerio de Cultura, que ha dejado a las personas e instituciones que durante años limitaron su presencia en exposiciones y eventos nacionales e internacionales presentando miserablemente una o ninguna de estas magnificas fotografías con una muy mala imagen. El tiempo insisto no perdona, pues la proporción se ha invertido y de una o ninguna, pasamos a cifras como 5.000 negativos, o 90 que son las fotografías recientemente presentadas en la exposición en solitario de Nieto en Salamanca, que minimizan de manera soberana, el poder y presencia local de muchos caciques de antaño, hoy perdidos en la noche de los tiempos. Las fotos de Vicente Nieto Canedo, no son simples imágenes representativas, sino focos de informaciones múltiples a distintos niveles de percepción que van de la representación sin más, a informaciones subliminales de distintos niveles de intensidad y contenido, fotos de la guerra, y la postguerra, de los años 60 que dejan translucir situaciones de amor y dolor, de compañerismo y amistad, de inocencia y dureza, pero siempre con un fascinante y extraordinario fondo artístico.
Mi agradecimiento Vicente, a ti y a tus compañeros que ofrecisteis belleza, generosidad, sensatez, e inteligencia frente al ostracismo y el olvido.
Termino mis palabras con un cuento del Libro de los Seres imaginarios «Los Lamed Wufniks” en donde Borges nos dice: Hay en la tierra, y hubo siempre, treinta y seis hombres rectos cuya misión es justificar el mundo ante los dioses. Son los Lamed Wufniks. No se conocen entre sí y son muy pobres. Si un hombre llega al conocimiento de que es un Lamed Wufnik muere inmediatamente y hay otro, acaso en otra región del planeta, que toma su lugar. Constituyen, sin sospecharlo, los secretos pilares del universo. Si no fuera por ellos, los dioses aniquilarían al género humano. Son nuestros salvadores y no lo saben.
Sin duda Vicente Nieto y sus compañeros forman parte de estos treinta y seis hombres justos.
José Manuel López López
Compositor
Premio Nacional de Música 2000
Profesor del Departamento de Música de la Universidad
París VIII–Saint–Denis Vincennes
VERSIÓN PDF
NEORREALISMO HISPANO DE LA FOTOGRAFÍA
GALERÍA