Conversación tranquila con Alejandro Fernández, portaveu del Grup Parlamentari Popular al Parlament de Catalunya.
Yo: Alejandro, ¿qué le pasa al secesionista catalán, se han vuelto locos?
Alejandro Fernández: Suele ocurrir en fenómenos de masas. Yo el otro día aludía a Canetti para explicar cómo individuos cuerdos, como «masa de acoso» se comportan como perturbados.
Yo: Pero son autoridades públicas, se supone que gente formada…
Alejandro Fernández: No concretaré paralelismos históricos, pero hay gente muy formada que ha hecho barbaridades. En cualquier caso, no abundan los eruditos en el independentismo actual, valga decirlo.
Yo: Cuando uno les escucha no entiende nada. Usan los mismos conceptos pero con significados opuestos. Democracia es dictadura y así con todo ¿no?
Alejandro Fernández: Escribí recientemente un artículo sobre eso. Es la perversión del lenguaje característica del totalitarismo. Las peores atrocidades envueltas en bellas palabras. Es la perversidad de terciopelo.
Yo: Cómo se puede hablar de democracia saltándose la ley y los mecanismos de control que ellos mismos han puesto, me refiero al ‘Consell de Garanties Estatutaries’, por poner solo un ejemplo.
Alejandro Fernández: Es democracia orgánica, mesiánica… se le pueden poner muchos nombres, pero no es democracia, porque parte de la idea totalitaria de la interpretación carismática de la voluntad del pueblo por parte de unos gobernantes que no están sometidos a ningún control legal.
Yo: Dice Jonqueras que su legalidad se fundamenta en el derecho internacional, que está por encima de la Constitución y demás legislación española. ¿Que es esto del derecho internacional?
Alejandro Fernández: Significaría que la comunidad internacional considera a Cataluña una colonia como Argelia lo fue de Francia. Esa idea es tan absurda que hasta a Junqueras se le escapa la risa cuando la explica.
Yo: ¿Que pasará el 1 de Octubre? ¿Y el día 2?
Alejandro Fernández: No soy futurólogo para elucubrar sobre los detalles, pero no serán días agradables. En cualquier caso, España seguirá siendo España, con Cataluña como una de sus partes.
Yo: Alejandro, ¿cómo enfocarías tu una solución a largo plazo del problema?
Alejandro Fernández: Lo pasado pasado está, y salvo el análisis del nacionalismo como movimiento, el estado de las autonomías ha sido un gran éxito, nuestra etapa de mayor prosperidad. Pero esa etapa extraordinaria ha aplazado ese análisis y ha permitido la construcción de proyectos de nacionalismo identitario muy peligrosos para nuestra convivencia. Hay que derrotar al nacionalismo identitario. Ese es el gran reto de futuro que tenemos como españoles.
Yo: Gracias y ánimo, queda tarea por hacer y mucha.