TRES ENSAYOS A PROPOÓSITO DE LA LIBERTAD DEL OCIO-VICIO
Por Pedro Taracena Gil
El desarrollismo trajo la sociedad de consumo y las crisis de toda índole y naturaleza han traído la desigualdad, la pobreza, el hambre y la muerte. Sí, tremendista, tráfico, agorero, todo menos negacionista.
En España gozamos de un Estado de Derecho de dudosa legitimidad. Sí y por qué digo esto. Pues porque ha convenido a las fuerzas vendedoras del Golpe de Estado, la Guerra Civil, la Dictadura, la Transición, la Monarquía y el Juancarlismo, confundir cargado de malicia, tres valores absolutos que ellos han relativizado. Han confundido con perversa intención, la Legitimidad, la Legalidad y la Justicia.
No hay que ser muy avezado en Historia con mayúscula para encontrar la cadena de eslabones que alternan la legitimidad con la legalidad y la legalidad con la justicia. Todo ello no hubiera sido posible sin el concurso de las fuerzas económicas que han financiado a los secuaces del Régimen del 78 y sobre todo los Medios de Comunicación que, auténtica pléyade de impostores del periodismo, todos los días escriben en las redacciones y publican el mismo NODO en todas las televisiones y emisoras de radio.
Este preámbulo me va a servir para escribir tres ensayos que demuestran que el consumo está por encima de los demás valores:
LA PUBLICIDAD Y LOS NIÑOS
LOS CRÍMENES LEGALES EN TIEMPOS DE PAZ Y DE PANDEMIA. En preparación.
LA SOCIEDAD DE CONSUMO Y EL CORONAVIRUS. En preparación.
LA PUBLICIDAD Y LOS NIÑOS
Protección de su privacidad
Cada niño tiene derecho a su vida privada. Las leyes deben proteger la privacidad de los niños, a su familia, su hogar, sus comunicaciones y su reputación (o su honra) contra cualquier agresión.
Derecho a ser protegido contra el abandono y el trabajo infantil.
TUS HIJOS NO SON TUS HIJOS
Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.
No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.
Khalil Gibran, poeta, filósofo y artista libanés
UNICEF
https://www.unicef.org/lac/historias/10-derechos-fundamentales-de-los-ni%C3%B1os-por-quino
MÁS AMPLIO
https://www.unicef.org/es/convencion-derechos-nino/convencion-version-ninos
Premisas en el negocio de infantes:
Los niños y niñas tienes sus derechos.
Los niños y niñas no deben trabajar.
Los niños y niñas tienen derecho a su privacidad.
Los niños y niñas tienen derecho a proteger su pudor.
Bajo estas premisas los padres o tutores no les asiste el derecho de exponer a los niños y niñas a la explotación publicitaria. Es evidente que la sociedad de consumo nos ha llevado a exponer y explotar a niñas y niños en un casting para conseguir un contrato, como si fueran actores profesionales. Efectivamente engañados bajo el eufemismo de que ello es un juego. La sociedad de consumo es cómplice como lo es de todo el consumo irracional y en muchos casos criminal.
Lo grave e ilícito de estas premisas, es que la respuesta es inmoral.
Los niños y niñas tienes sus derechos, pero los administran sus padres.
Los niños y niñas no deben trabajar. No trabajan, pero su actuación en el anuncio son sus padres quietes cobran.
Los niños y niñas tienen derecho a su privacidad. Los padres abusan de la voluntad de sus hijos como si fueran disminuidos psíquicos. Es un engaño manifiesto.
Los niños y niñas tienen derecho a proteger su pudor. Los padres de estos niños no se han preguntado qué pensarán sus hijos cuando tengan uso de razón y se vean arrastrándose por el suelo con un pañal que les recuerda su época infantil, cuando aún no habían logrado la contenencia.
La sociedad de consumo engulle todo lo que la echen… En no pocos casos de forma criminal.