Mis conocimientos teológicos adquiridos en mi época pía cuando casi levitaba, me permiten hacer una abstracción racional del amor humano, a sabiendas que entrará en contradicción con la clase sacerdotal, que se arroga la infalibilidad de la interpretación de la verdad revelada. No obstante, dentro de la cultura de tradición judeocristiana, para los creyentes que admiten que Dios se hizo hombre, tiene mejor comprensión la humanística de Cristo, porque dispone de dos naturalezas, la divina y la humana. Y esta última no puede quedar mutilada y mermada en sus atributos.
Yo entiendo el amor animal como el conjunto de afectos y emociones que sienten los animales en sus relaciones grupales. Es evidente que yo me ocuparé del amor animal en la tribu de los racionales. Es decir, del amor humano. En mi breve presentación he utilizado la premisa de que el amor bíblico, prescinde siempre del sexo y la sexualidad como colaboradores necesarios en todas las manifestaciones del amor. Los órganos genitales del ser humano, mujer u hombre, tienen como único fin la procreación: “creced y multiplicaos…” La sexualidad, el erotismo y el placer que emana de sus emociones y sensaciones, están vetados para los creyentes. Es un mandamiento que aunque no está incluido en el Decálogo que Yahvé-Dios entregó a Moisés, se puede formular como el undécimo mandamiento: “No gozarás”.
Mi reflexión es muy simple aunque sobrepase las líneas de la ortodoxia y alcance la herejía. Se trata de ensamblar la sensualidad y la sexualidad en el juego amoroso; uniendo el resto de los miembros a los genitales como partes del mismo cuerpo; activando emociones con los cinco sentidos. De este modo la sensualidad se enriquece y la sexualidad descubre la dimensión placentera al margen de la procreación.
A partir de este planteamiento es preciso considerar a los órganos genitales y la sexualidad como factores positivos. Este Blog tiene la intención de presentar la realización sexual como un hecho positivo en la vida del ser humano. La Razón me dice que no puede existir ninguna deidad que prohíba el amor con todas sus cualidades positivas: de libertad, igualdad, placer, gozo y hermandad.
Invito al internauta que navegue por este ensayo, que tome todas y cada una de sus páginas como partituras de los movimientos de un macro concierto. Pero se han de tocar y escuchar todas ellas en clave positiva. La sensualidad, la sexualidad, el erotismo, la pornografía, son valores positivos y no entienden de género: La autocomplacencia y la complacencia mutua son variantes para alcanzar la felicidad. El contenido de este Blog tiene como vocación que quien se asome a sus páginas, sienta toda la energía que excita su líbido sin pudor…
17 febrero, 2017
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