El año 2017 será recordado en Madrid como el año de los autobuses mensaje. Empezó HazteOir con su autobús que denunciaba un adoctrinamiento en cuestiones sexuales, y ahora es Podemos que ha inventado el escrache móvil. Ya no se trata de acosar en el domicilio al no amigo, sino recorrer espacios públicos, luciendo la imagen de ciudadanos, en un autobús para señalar con el dedo al, para ellos, ‘malvado de turno’ y que forma parte de la, para ellos, ‘trama’. Es muy probable que HazteOir se equivocara de mensaje y afinara poco, si quería denunciar la imposición de los falsos dogmas de la ideología de género; por ello sufrió el ataque visceral de propios y extraños carcomidos por lo políticamente correcto. Para ellos no valió la libertad de expresión, ni el hecho de no identificar a nadie, ni de no atacar a ningún ciudadano concreto, sino solamente defender unas ideas la mar de sabidas quizás expresadas en trazo demasiado grueso.
Lo de ‘Podemos’ es otra cosa. Se señala a gente variopinta: condenados, investigados, insinuados, odiados… Se les tacha, tirando la piedra y escondiendo la mano, de trama. Por si fuera poco, las autoridades de Madrid parece que miran hacia otro lado y no prohibirán nada, por que aquí sí vale la libertad de expresión…
No deja de ser curioso que la nueva política podemita siga viviendo de gestos, en vez de iniciativas políticas serias, para denunciar y poner los puntos sobre las íes, en multitud de leyes y comportamientos que si son muy mejorables.
No entiendo nada. Cuando tienes las Instituciones para denunciar y hacer política, ¿por qué usar la calle para hacer demagogia? ¿Alguien me lo explica?