Nunca llueve a gusto de todos. Pero el cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro. Creo que esta última frase, del gran político estadounidense John Fitzgerald Kennedy, resume a la perfección lo que a día de hoy está ocurriendo en Benidorm. Ahora, la actualidad se centra una vez más en la movilidad de nuestra ciudad, y de cómo están afrontando nuestros gobernantes los cambios tan necesarios para adaptarnos al siglo veintiuno y su porvenir.
Cierto es, que la altura de miras ha brillado por su ausencia durante largos años en los políticos, tanto a nivel nacional como local. Pero permítanme engrandecer la toma de decisiones del equipo de gobierno actual, porque al César lo que es del César. Desde que Toni Pérez y los suyos gobiernan, Benidorm ha sufrido cambios en materia de movilidad, a mi juicio, de vital importancia, dando predilección al peatón y a la bicicleta, respetando y cuidando el medio ambiente, un bien preciado que el día de mañana cuando se deje de cuidar, veamos donde acabamos todos.
Pero al caso, que el revuelo que han pretendido generar algunos es para mear y no echar gota. A raíz de las peatonalizaciones que se han llevado a cabo, y sobre todo, en la última de éstas, en la famosa Tomás Ortuño, multitud de gentes se han llevado las manos a la cabeza. En primera instancia debido a que ya ningún coche podrá pasar por Tomás Ortuño, y segundo por el cambio de sentido de diversidad de calles para dar paso al centro a través de otras vías al tráfico.
Hoy, Urano une Maravall con Tomás Ortuño, Roldán y Puig Campana ahora son la entrada por Maravall y salida por Almendros; además de que también se ven afectadas Plutón, Verge de la Mercé y Mercurio. Una reordenación del sentido de las calles para garantizar la fluidez hacia el centro que, con cierto espasmo, he tenido que leer una lluvia de críticas sin sentido alguno. Vayamos paso por paso.
En primer lugar, dejando de lado a la gente acomodada en los coches que, ya sea por el motivo que sea no pueden o no quieren caminar por una ciudad hecha por y para caminar, quiero centrarme en el grupo político socialista que ha catalogado de improvisación este asunto de Movilidad.
Más que patente es, y así lo certifican cantidad de estudios, que Benidorm es la ciudad de España donde mayor número de gente va al trabajo andando. ¿Por qué no seguir incidiendo y trabajando en esa línea? Más carriles bicis, mejoras en aceras y sobre todo, en peatonalizar. Ese es el futuro, aunque cuatro mentecatos se les haya quedado la altura de miras en el tintero. ¿Dónde está la improvisación que catalogan? Si no recuerdo mal, el mismo PSOE está dentro del Consejo de Movilidad que aprobó estas medidas, además de que contó con el visto bueno de la propia Policía Local. Consenso, altura de miras y acierto, que es lo que ustedes, señores socialistas, no hicieron cuando gobernaron.
Y les pongo un ejemplo evidente. Mientras el actual equipo de gobierno rebaja y con creces la deuda municipal, a la par que hace que Benidorm sea más accesible y peatonal, los socialistas, cuando tuvieron la vara de mando en nuestra ciudad, además de aumentar la deuda descomunalmente, tiraban el dinero de inversión a la basura. Actualmente, se ha dado a conocer, que hemos perdido medio millón de euros gracias a garrafales errores de Navarro y los suyos. El primero, el vivero de empresas, que solo sirvió para dar trabajo a quince jóvenes en las obras del mismo. No obstante, en septiembre del 2016, la Universidad Politécnica de Valencia puso de manifiesto que la edificación presentaba daños y un nivel bajo de seguridad, por lo tanto este edificio está siendo derribado, como no podía ser de otra manera. Por otro lado, tenemos una antigua promesa que, por cumplirla con premura y ganar un puñado de votos, se hizo deprisa, corriendo y mal. Les hablo de la Extensión Administrativa de la calle Limones, donde ahora, siete años después de su construcción los técnicos municipales han advertido que las instalaciones no cumplían con la normativa en vigor, lo que ha llevado a su cierre, además de tener que abonar el alquiler del mismo, ya que desde el año 2012 no se pagó ni un solo euro de los 100.000 que ahora ha tenido que abonar el actual equipo de gobierno. Y por último, la gota que colma el vaso, un espacio dedicado para la cultura en la Calle Mercat, que sirvió para poco o nada, ya que ninguna eminencia pudo predecir que en el verano el local sería una caldera, más aún sin aire acondicionado alguno. A eso le llamo improvisar, señores. No lo que ustedes señalan, que es actuar con el consenso de multitud de expertos en el asunto que concierne, como es el caso de la Movilidad en Benidorm.
El que más tiene que callar, finalmente es el que más ladra, y ya lo dije con anterioridad en mi último escrito, cuando las cosas se hacen tan bien y con el consenso y diálogo por delante; a la oposición, con el PSOE a la cabeza, impotentes ante la buena gestión del Partido Popular en Benidorm, no les queda otra que la crítica ciega, dañina y de poco valor y provecho.
Sin duda alguna Benidorm tendrá sus más y sus menos, pero a ciencia cierta, no sé cómo será la vida en un mundo superior, puede ser que de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces, algo que Benidorm ha sabido hacer desde siempre y muy bien, y si no comiencen a leer las hazañas de D. Pedro Zaragoza y acaben por las de Toni Pérez.