Las pretensiones de CUÉNTAME CÓMO PASÓ
“Tan solo dos días después del 11S, en plena conmoción por los atentados a las Torres Gemelas, la televisión pública reunió a los espectadores frente a la televisión con una ficción que tenía como objetivo contar la historia reciente de nuestro país a través de una familia de clase media: los Alcántara”. GNDIARIO
CUÉNTAME CÓMO PASÓ
Por Pedro Taracena Gil
Nunca fue de mi agrado el serial Cuéntame, quizás, porque soy producto de la dictadura y de tradición republicana. El bodrio es una comedia mediocre y por supuesto se acerca más a la farsa que al relato más o menos histórico. Aunque por otra parte es un guion muy bien diseñado, para la propaganda de la modélica y Santa Transición. Sin dejar fuera del texto ninguno de los tópicos de aquellos que mantienen, que la transición fue un mal menor para evitar la involución. La ambientación está narrada desde el punto de vista de los franquistas convertidos súbitamente a la democracia; ignorando intencionadamente el silencio cómplice de la dictadura y apoyando la amnistía del franquismo, quedando impune la dictadura al margen de la Constitución. En los diálogos ni se critica ni se discrepa de la versión oficial, amnesia total del periodo genocida y del exterminio a toda oposición a la dictadura. La dramática transición la convierte en una comedia y la puesta en escena es un sainete. La ausencia de personajes que representen a los que nunca estuvimos de acuerdo con el borrón y cuenta nueva del franquismo, de la Alianza Popular y del Partido popular con la complicidad de los socialistas del PSOE, convierte a esta serie en algo perverso para las nuevas generaciones. Es la gran mentira que los niños y adolescentes encuentran reforzada con los embustes que les explican en la Escuela, cuando les cuentan cómo pasó…