Por fin se ha producido la visita de Estado de los Reyes de España al Reino Unido. Dos aplazamientos por cuestiones políticas, el sin gobierno español y el adelanto electoral británico, pudieron más que el interés de los Borbones en visitar a los Windsor.
Vistas las imágenes de esta visita, que se produce31 años después de la que protagonizaron Don Juan Carlos y Doña Sofía con la misma protagonista británica, nuestros aliados del norte vuelven a ser el Reino Unido y no la Pérfida Albión, históricamente tan combativa contra nosotros. A pesar de Gibraltar, cuestión que permanece, y lo que le queda, como chinita en el zapato hispano, España y el Reino Unido en este siglo son más que amigos.
Probablemente, la historia de rencillas y desencuentros, se ha superado por las relaciones turístico laborales que afectan a miles y miles de ciudadanos de ambos países. No pienso, como Isabel II, que lo importante sea nuestra alianza en la Otan, sino los miles de britanos que veranean en España o han venido a aquí a jubilarse, y los miles de hispanos que trabajan en su isla.
Tengo que reconocer que la pompa, el boato y la agenda ofrecidas por las autoridades británicas a nuestros reyes, dan a entender que, a pesar de la historia, ahora somos grandes amigos.
No olvidemos que ambas monarquías son parlamentarias y hasta ahora bastante duraderas. En ambos casos, la jefatura del Estado descansa en el titular de la Corona, si bien quien gobierna, ya sea primer ministro o presidente, es fruto de sufragio universal y por tanto mucho mas pasajero. La buena relación entre las dos casas reales, ya bien encarrilada desde los tiempos de D. Juan Carlos, hace que, a pesar de Gibraltar y otras rencillas, los dos Reinos se sientan cada día más próximos.
No entiendo nada. Visto lo visto en esta visita, ¿no cantan como almejas muchos personajillos de la política española? ¿Alguien me lo explica?