Cuando parecía que corrupción era solo sinónimo de PP, nos encontramos que alguien, el Parlamento Andaluz, nos recuerda que el entorno del PSOE no es ajeno a esta lacra. Recordemos que ha sido en el seno de una Comisión de Investigación del Parlamento de Andalucía donde ayer, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y hoy, Luciano Alonso, José Sánchez Maldonado y la propia Susana Díaz, han sido llamados a comparecer para dar explicaciones sobre el caso de los cursos de formación donde se dirime el buen uso de 3.000 euros de fondos públicos. Recordemos también que, ya en su momento, hubo una Comisión de Investigación del mismo parlamento sobre el denominado caso de los ERE, unos 1.000 millones en entredicho, dónde, entre otros muchos, comparecieron un sinfín de consejeros y, como no, los dos expresidentes antes citados. Hasta ahora el resumen de lo declarado es “quizás” pasó algo, pero yo no he sido. Adelantándome a lo que pasará, y como viene siendo habitual en estas Comisiones, nadie se responsabiliza de nada y todos manifiestan la voluntad de que se llegue hasta el fondo, siempre que el marrón le caiga a otro. Es evidente que en el ámbito parlamentario solo se dirimen responsabilidades políticas y estas, en muchos casos, se dan por asumidas dado que muchos de los comparecientes ya no ocupan cargo.
Hay duda sobre más de 4.000 millones de euros en la gestión del gobierno socialista andaluz, en la actuación de los que lo dirigían y sobre el propio partido socialista, acerca de si el generoso y poco controlado reparto de euros a mansalva, pudo ser discrecional buscando solo objetivos clientelares. Será la justicia, si llega a tiempo, la que intentará poner el punto sobre la i, pero de momento lo que si está claro es que se han tirado euros a punta pala.
No entiendo nada. ¿Se extrañan aun de que desconfiemos de nuestros gestores políticos y de las medidas que han implementado para limpiar los gobiernos? ¿Alguien me lo explica?