Juan Luis Cebrián y Felipe González
Preámbulo
cacique, ca
De or. caribe.
Para el f., u. t. la forma cacique en aceps. 1-3.
- m. y f. Gobernante o jefe de una comunidad o pueblo de indios.
- m. y f. Persona que en una colectividad o grupo ejerce un poder abusivo.
- m. y f. Persona que en un pueblo o comarca ejerce excesiva influencia en asuntos políticos.
- f. coloq. p. us. Mujer del cacique.
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Me dirijo a ti en calidad de exmilitante del PSOE, que no ex socialista.
Sería una ingenuidad por mi parte la pretensión de que tú, Hombre de Estado en el pasado y Hombre de Empresa en el presente, te dignaras responder. Aunque por la difusión que voy a llevar a cabo a través de las redes sociales, no pocos barones, baronesas o seguidores de tu apostolado, seguro que la leerán.
Tú y yo somos casi de la misma quinta y eso nos garantiza conocer muy bien lo que ha pasado en el Estado español, en estas últimas décadas. Aunque tú conoces, como es natural, mucho mejor que yo sus cloacas.
Tampoco espero que mis valoraciones tengan ninguna importancia para ti. En estos días barones de tu partido que también lo fue mío, no desean escuchar al populacho formado por la militancia socialista, porque quién conoce mejor la situación es el consejo de anciano y el sanedrín de barones y baronesas. Ellos y ellas, compañeros y compañeras, están en posesión del conocimiento para decidir. Ahora la voluntad del pueblo pero sin contar con el pueblo, es entregar el Gobierno de España al hombre más corrompido e indecente del país. A él y a su partido que es una organización criminal. Sin excluir a sus votantes como cómplices. Con todos los respetos como persona pero no como votantes del PP.
Con estas premisas objetivamente ciertas, he buscado la palabra que mejor definiera tu trayectoria. Andadura que comienza con la muerte del Caudillo de España que lo fue por la Gracia de Dios. Que en gloria esté. Por cierto, ni tú ni tu partido, que también fue el mío, habéis hecho nada con vuestra mayoría absoluta, para condenar el genocidio franquista y anular la ley de amnistía que ha dejado impune sus crímenes. No me contestes, ya sé que era por lo del miedo a la involución…
Volviendo al tema que ocupa mi carta, desde ahora en adelante yo te llamaré EL CACIQUE. Un cacique, eso sí, de guante blanco y muy demócrata, y sobre todo muy de izquierdas. Teniendo en cuenta que por el camino hemos perdido la S de Socialista, la O de Obrero y el E de Español. Aunque sobre la modificación del 135 de la Constitución, donde se pierde la soberanía nacional, hay que pedirle explicaciones a Zapatero y Rajoy.
Seré muy escueto mencionando los hitos que marcan tu trayectoria como gran líder aunque yo te veo más como un cacique.
- Suresnes: Haces desaparecer el concepto marxista de los estatutos del partido.
- Te presentas a las primeras elecciones, ya sin el marchamo que te pudiera confundir con el Partido Comunista de España. Tú eras socialista. Lo de socialdemócrata te viene de cuando te codeas con los socialdemócratas alemanes.
- Se produce la primera consecuencia. Se rompe la doble militancia PSOE-UGT.
- Los sindicatos se enfrentan al Gobierno y le plantan la primera huelga general.
- Tú te dedicas a confraternizar con la banca, dando una imagen que disipara los temores empresariales. Y los sindicatos asumen su papel.
- Triunfas en las míticas elecciones de 1982 y ya el cacique se ha convertido en el César Imperator.
- De entrada dices no a la OTAN, pero manipulaste la opinión invocando al miedo de que si no entramos en ella, tampoco nos aceptarán en la CEE. Y ganas el referéndum.
- Te permites hacer la primera reforma laboral y se te cae del logo la O de obrero.
- Aunque lo sigas ocultando el terrorismo de estado de tu época de gobierno, ya está escrito de la Historia, con mayúscula.
- Tu comportamiento como gobernante ha sido alejarte cada vez más de los principios del PSOE. Del socialismo pasaste a la socialdemocracia para no asustar a los mercados. Ya eres moderado del centro izquierda.
- Odias todo aquel que se sitúe a tu izquierda y te gusta el bipartidismo y los pactos por conveniencia con los nacionalistas. Silenciando el asunto de Jordi Pujol y Banca Catalana.
- Desde siempre el PSOE y el cacique han sido una misma esencia. Y nadie se movía sin tu consentimiento.
- El maridaje que creaste entre el Gobierno y El País fue vergonzoso. Y el aprovechamiento que has hechos de las puertas giratorias te descalifica como hombre de izquierdas.
- Es evidente que la prensa española goza de todo el corporativismo posible. Sin crítica y sin autocrítica. Dependiente de los poderes económicos, políticos y religiosos, como tú.
- Tu caciquismo se ha consumado cuando deseas bajo un ataque de pánico, controlar al Movimiento 15-M
- No toleras que surja una fuerza como UNIDOS PODEMOS. Añoras el bipartidismo y haces de esta lucha algo personal.
- Sin pudor ejerces como gran cacique y arrastras a los barones y baronesas del partido, que aún desean conservar la nobleza de La Casta.
- Ordenas defenestrar a Pedro Sánchez, la prensa se frota las manos y ya sin tapujos quieres perpetuar los crímenes legales cometidos por Rajoy y sus secuaces. Parece ser que este padre y maestro de corruptos, así como la corrupción del PP, es la mejor alternativa para eludir un gobierno con la izquierda y los separatistas.
- Cualquiera preferiría un gobierno que tuviera que dialogar con los separatistas, en lugar de seguir permitiendo los crímenes del PP. ¿O es que tienes miedo al, y tú más?
- Tú sabes que un gobierno apoyado por los separatistas, éstos no lograrían sus objetivos porque las reformas constitucionales necesitan de otro cuórum.
- Lo de romper España, solamente lo puede decir una hombre ignorante y tú no lo eres. España está rota en mil pedazos desde la tarde del 17 de julio de 1936, y la fijación de la unidad de España es mantener en la Carta Magna el testamento de Franco de que España es una grande y libre.
- Por último has urdido eliminar a Pedro Sánchez, manipulando a los barones y baronesas, pero de espaldas a la militancia. Añorando la belle epoque del bipartidismo PP-PSOE y de EL maridaje del Grupo Prisa y el Gobierno. Mientras el PP entonará un Te Deum Laudamus, tú y tus secuaces, os entregaréis a la salmodia gregoriana de un Réquiem.