Conversación tranquila de @jmfrancas con Carlos Uriarte Sánchez, Secretario General de Paneuropa España. Abogado y profesor de derecho en la Universidad Rey Juan Carlos.
Tuitter:@jmfrancas Web: https://sinpostureo.com blog: http://www.noentiendonada.es, You tube: https://www.youtube.com/channel/UCUGcEzxyMJwuOCBNnjwPDxg?view_as=subscriber
JMF: ¿Qué es ‘Paneuropa España’?
CU: Paneuropa España es la asociación europeísta española que pertenece a la Unión Paneuropea Internacional, fundada en 1923 por Ricardo Coudenhove-Kalergi y cuyo Presidente Internacional fue de 1973 a 2005 el Archiduque Otto de Habsburgo. La sección española ha sido presidida por Gerardo Fernández-Albor, Abel Matutes, Ignacio Salafranca, Juan Daniel Wakonigg, Iñigo Méndez de Vigo y Ramón Pérez-Maura. Desde el 18 de marzo de 2019 asume la presidencia Florentino Portero y yo la secretaria general. Son fines de la asociación la promoción de la unidad europea desde el humanismo cristiano y la libertad, donde la persona sea el centro del proceso de construcción europeo. Por tanto, Paneuropa es la decana de las organizaciones europeístas.
JMF: El ‘humanismo cristiano’ no está ni en la Constitución Europea, ¿no?
CU: El humanismo cristiano no está recogido expresamente en la Constitución Europea no, pues no existe tal Constitución. Finalmente el proyecto de Constitución Europea fue abortado por los nos en los referéndums francés y holandés, que no aprobaron la misma. No obstante, es cierto que el proyecto de Constitución Europea no incluía una referencia a las raíces cristianas de Europa. Finalmente, la Constitución Europea acabó convirtiéndose en el actual Tratado de Lisboa que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009. Este Tratado recoge en gran parte el espíritu de la Constitución Europea despojándola de sus símbolos como por ejemplo, el himno y la bandera. Algo positivo fue la incorporación de la Carta Fundamental de los Derechos Humanos, que fue incorporada al Tratado de Lisboa como anexo.
JMF: ¿El tratado de Lisboa no contempla tampoco el Humanismo Cristiano?
CU: No, no lo hace. En su preámbulo habla de los principios y valores que inspiran la Unión, pero no hace una referencia expresa al humanismo cristiano. De todas formas, aunque sería de justicia que se hiciera referencia a los mismos, no debemos de quedarnos en las declaraciones de principios sino intentar influir en la políticas concretas de la Unión Europea para que estas sean lo mas respetuosas posibles con estos principios. En este sentido, hay que trabajar en positivo y reclamar la presencia de estas políticas, que son las que defendían los Padres fundadores de Europa como Adenauer, Schuman y De Gasperi. ¿Te suenan?. Todos ellos eran cristianos.
JMF: Me suenan los padres Fundadores y sus ideas y, también me suena, el que ahora se quiera obviar este fundamento clave de Europa. ¿En qué Europa piensan?
CU: El proceso de secularización que ha sufrido la sociedad ha sido tremendo. Vivimos en sociedades democráticas, más diversas y complejas. Gestionar toda esta diversidad es complejo y las Instituciones Europeas piensan en las grandes políticas: hacer una Europa fuerte en un mundo global, hacer una Europa líder en economía digital, investigación, una Europa más competitiva, más segura…; ahora lo que preocupa es que no estemos unidos o que pasemos a ser irrelevantes frente a otras potencias mundiales. La globalización o tiene acento europeo o lo tendrá norteamericano o chino. La Unión Europea pese a sus imperfecciones es garantía de una globalización con un rostro más humano. La Unión Europea se ocupa de aquellas materias en las que es competente según los principios de subsidiariedad y proporcionalidad. Por ejemplo, en educación son los Estados miembros los responsables. La Unión Europea no puede solucionar todo ni debe solucionar todo, pero hay campos donde la cooperación a escala europea es fundamental como la lucha contra la inmigración ilegal, el terrorismo yihadista, el crimen organizado, el tráfico de drogas y de personas…
JMF: Algo pasa en la Unión que no avanza y parecer cada vez más divida en la voluntad de sus ciudadanos. El euroescepticismo aumenta…
CU: Desde la crisis económica de 2007 la Unión Europea ha avanzado mucho, pero es cierto que ahora se exige dar un paso más. Ya existe una Europa a varias velocidades (países con Euro y sin Euro, países en Schengen y no). Es muy importante, que en este proceso se cuente con la ciudadanía y este sentido desde la Comisión Europea se va a lanzar el 9 de mayo un proceso de Convención sobre el futuro de Europa en el que van a participar las Instituciones Europeas, donde el Parlamento Europeo debe jugar un rol central, los gobiernos nacionales, los parlamentos nacionales y la ciudadanía. Los mecanismos todavía no se han especificado, pero hay Paneuropa quiere jugar un papel de influencia y presentar sus propuestas. En las últimas elecciones al Parlamento Europeo las fuerzas europeístas siguen siendo muy mayoritarias. La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha supuesto mayor unión entre los países miembros y que se haya producido el abandono de la misma por parte de un país que fundamentalmente creía en los beneficios del comercio y del mercado interior. Ahora seguramente avanzaremos más rápido. Es cierto, que la Unión Europea ha de ser más cercana a los ciudadanos y mejor explicada, pero en esto, muchas veces los responsables son los políticos nacionales que cuando la Unión Europea hace algo bien, son estos quienes se ponen la medalla, y cuando toman una mala decisión el culpable es “Bruselas”.
JMF: Y los países de Visegrado, algo les huele a vieja política de telón de acero y se resisten…
CU: Los países de Visegrado son países europeístas con una visión de Europa distinta, también tienen historias distintas. Esto no debe ser visto como un problema si no como una riqueza y la Unión Europea también ha de ser capaz de integrar a los países de Visegrado. Un valor que es defendido en la Unión Europea es el respeto a las minorías. Las opiniones discordantes también deben ser tenidas en cuenta y ser integradas. Defendiendo lo anteriormente dicho, no obstante, los políticos de los países de la Europa Central y Oriental deben de explicar también a sus ciudadanos que la pertenencia a la Unión Europea no solo comporta derechos sino también obligaciones y explicarles bien qué es la Unión Europea, que a parte de ser una comunidad de valores compartidos es una comunidad de derechos y por tanto, las obligaciones deben de ser cumplidas. Debemos tener en cuenta que todos los países que forman parte de la Unión Europea han entrado a formar parte de la misma libremente sabiendo que esto suponía cesiones de soberanía.
JMF: Cesiones de soberanía, sí; pero quizás imposiciones ideológicas, no. Macron no es Europa y tiene que ver con los fundadores bastante poco.
CU: Macron apareció como una esperanza de aire fresco en el liderazgo europeo, que pudiera servir de contrapeso al liderazgo de Angela Merkel siendo de esta manera un liderazgo más compartido e inclusivo al que podría sumarse otros países como España. Macron al final que comenzó con un buen discurso europeísta en la Sorbona se ha convertido en un chovinista francés que busca exclusivamente sus intereses nacionales. En este sentido, prefiero el liderazgo alemán que se basa fundamentalmente en lo económico que el francés que pretende ser ideológico y político. La última sorpresa de Macron la hemos visto en el veto francés a la apertura de negociaciones con Macedonia del Norte y Albania argumentando que debe de reexaminarse el mecanismo de negociaciones para la adhesión. Su sorprendente giro en la búsqueda de Polonia como aliado estratégico en la Unión o que sea la industria de la defensa francesa la beneficiada de los programas de cooperación en capacidades que contribuyan a la consecución de un futuro ejército europeo…; la verdad es que Macron ha supuesto una profunda decepción para los europeístas.
JMF: ¿Qué actividades realizáis como asociación?
CU: Pues fundamentalmente organizamos mesas redondas, seminarios, cenas coloquio, visitas a las Instituciones Europeas, encuentro con embajadores europeos, publicaciones y anualmente concedemos el Premio Otto de Habsburgo a personalidades europeístas españolas o con vínculos con España que defienden los principios y valores. En este sentido, han recibido el Premio Otto de Habsburgo personalidades como Marcelino Oreja, José María Gil-Robles, Simeon de Bulgaria, Tristan Garel-Jones, Fernando Álvarez de Miranda, Nick Glegg, Raimundo Bassols, Iñigo Méndez de Vigo, Eugenio Nasarre…. Así mismo, participamos en las conferencias que tienen lugar fuera de España y que son organizadas por la Unión Paneuropea Internacional o sus organizaciones miembro presentes en más de treinta países europeos. En otoño queremos organizar en Madrid una conferencia internacional y nuestro objetivo también es organizar más actividades fuera de Madrid y en el campo universitario para acercar Europa y los principios y valores a los jóvenes y a sociedad española en su conjunto. Tenemos una sección de jóvenes.
JMF: ¿Qué UE te gustaría a ti?
A mí me gustaría un Unión Europea próxima y útil a los ciudadanos; que hablase con una sola voz en la escena internacional y que fuera garantía de una globalización con rostro humano; que preserve el modelo de vida europeo, el Estado del bienestar, la iniciativa empresarial, garantice la propiedad privada, la libertad de educación, el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones, que promueva una cultura de la vida, apoye a la familia, garantice los derechos y libertades fundamentales, promueva el Estado de derecho y la libertad y responsabilidad de los individuos; una Europa que sea corta fuegos contra el nacionalismo y el populismo; y que sea faro de civilización y progreso para el mundo como nos recordaba San Juan Pablo II en su discurso europeísta de Santiago de Compostela.
JMF: Pides una Unión Europea que parece una ilusión muy alejada de la mediocridad y el relativismo de la de ahora. Ojalá se cumpla tu sueño. Un abrazo.
CU: Es una Unión Europea que no se conseguirá de un día para otro, sino que será resultado de un largo proceso y donde será necesario la construcción de una identidad europea que sea compatible con otras identidades. Es una Europa que no sólo es un proyecto económico sino también político y cultural y por eso es fundamental involucrar a la ciudadanía. Es un proyecto que realmente vale la pena pues frente a él no cabe otra alternativa sino el totalitarismo o la nada. Decía Coudenhove-Kalergi que los grandes acontecimientos históricos comienzan en forma de utopía para terminar convirtiéndose en realidad. Muchas gracias por la entrevista y esperemos que muchos se sumen al proyecto. Un abrazo.