Macron sube el salario mínimo y aumenta servicios sociales tras los ‘chalecos amarillos’
El presidente francés tiene la popularidad más baja de un presidente durante toda la época contemporánea.
La ola de indignación que ha recorrido Francia durante las últimas semanas está provocando un terremoto en la política francesa. Las protestas de los ‘chalecos amarillos’ evidencian la mala imagen del ejecutivo de Emmanuel Macron, que se ha visto obligado a ‘mover ficha’ tras varios amagos de una moción de censura por parte de la oposición.
La precariedad de la vida en el país galo ha sido el principal detonante de las protestas, aunque se señala el aumento en el precio del carburante. Consciente de ello, el presidente ha decidido aumentar en cien euros el salario mínimo, una medida que nadie había previsto durante más de una semana en la que ha permanecido en completo silencio.
El salario mínimo actual en Francia es de 1.498,47 euros brutos y 1.184,93 euros netos. Pero hay más anuncios. Las horas extras pasarán a estar exentas de impuestos y contribuciones sociales en el año 2019. En cuanto a la subida del CSG, un impuesto para financiar los servicios sociales, se reducirá para jubilados con sueldos inferiores a los 2.000 euros mensuales.
«Las protestas de los ‘chalecos amarillos’ han puesto en serio peligro el futuro de Emmanuel Macron en el Elíseo»
En tono de autocrítica, Macron ha justificado las protestas en contra del Gobierno: «La cólera que hoy se expresa es justa en muchos aspectos«, ha apuntado en un discurso pronunciado desde el Palacio del Elíseo.
El presidente ha recibido múltiples críticas por muchos gestos, como eliminar el impuesto a la fortuna mientras se aplicaban recortes en servicios sociales. Ante las críticas, Macron siempre había vertido calificativos como «vagos«, «galos refractarios a las reformas» o, en referencia a los manifestantes, «los que no son nada«. Ahora reconoce que estas declaraciones le han pasado factura: «Sé que a veces he herido a algunos de vosotros con mis palabras«.
La violencia de las movilizaciones que han recorrido Francia han llevado al Ejecutivo a tomar medidas. Y, ante ello, Macron ha reconocido que el país galo no vive una situación fácil: «Hoy quiero decretar el estado de excepción económica y social«.
El paquete de medidas aprobado desde el Elíseo también incluye una medida aprobada la pasada semana, en la que se anuló la subida de la tasa al carburante prevista para el año 2019. Este fue el principal detonante de los ‘chalecos amarillos’.
Mantendrá la eliminación del impuesto a los ricos
«La popularidad de Macron se encuentra bajo mínimos»
A pesar de estos anuncios, el presidente ha anunciado que mantendrá la eliminación del impuesto a los ricos, una de las principales medidas que provocó la indignación de parte de la sociedad francesa.
Macron ha permanecido en silencio durante todo el vendaval que se ha producido en nuestro país. Ahora, dice, «cuando se desata la violencia, cesa la libertad. Así que a partir de ahora la calma y el orden republicano deben reinar«.
El rechazo a los miembros de la vieja política, la gran mayoría de alcaldes y muchos colectivos sociales le han dejado en una especie de ostracismo. El equipo de jóvenes tecnócratas que dirige no mantiene contactos con una serie de apoyos en el ámbito institucional que hubieran sido especialmente aconsejables para apaciguar los ánimos.
Este giro hacia la autocrítica busca aumentar su popularidad, la más baja de un presidente francés durante la época contemporánea. Sin embargo, habrá que esperar para comprobar si sus medidas obtienen el resultado esperado. La eliminación del impuesto a los ricos fue uno de los ingredientes más importantes del cóctel que levantó las movilizaciones y el mantenimiento de esta medida puede mantener el caldo de cultivo que ha llevado a una fuerte oleada de tensión en Francia.